Anthony Edwards, también conocido «Ant-Man», ha emergido como una de las figuras más prometedoras en la NBA que ha alcanzado un importante récord, llegando a los 800 triples hace unos días atrás. La estrella que ha revitalizado a los Minnesota Timberwolves, nació el 5 de agosto de 2001 en Atlanta, Georgia, Edwards fue seleccionado con la primera posición en el Draft de 2020 y, desde entonces, ha liderado a los Timberwolves en un emocionante ascenso. Con un estilo de juego vibrante y una capacidad impresionante para anotar, Ant-Man ha logrado algo que pocos esperaban: posicionar a la franquicia de Minneapolis como una fuerza a tener en cuenta en la Conferencia Oeste.

A sus 23 años, Edwards ha conseguido lo que parecía imposible para un equipo que históricamente ha tenido un desempeño modesto en la NBA. Con Minnesota ahora entre los mejores equipos de la liga, el escolta ha demostrado ser una pieza fundamental, logrando promedios impresionantes por partido en su última temporada regular. A pesar de su gran éxito en los últimos años el camino hacia el estrellato no fue sencillo y comenzó en circunstancias muy distintas.

INFANCIA Y ADVERSIDAD

La vida de Anthony Edwards estuvo marcada por la pérdida desde una edad temprana, a los 14 años, su madre, Yvette, y su abuela, Shirley, fallecieron de cáncer en un periodo de apenas ocho meses, ambas mujeres eran sus pilares emocionales y asistían regularmente a sus partidos de fútbol americano, el deporte que realmente apasionaba al joven Edwards. La tragedia impulsó a Anthony a crecer rápidamente, desarrollando un carácter resiliente que, en sus propias palabras: “lo obligó a madurar a martillazos”.

El deporte fue su refugio, aunque su sueño inicial era ser jugador de fútbol americano, decidió cambiar de rumbo y concentrarse en el baloncesto, un deporte que al principio no le apasionaba, no obstante, su amor por el juego creció con el tiempo, y el número 5 que ahora lleva en su camiseta es un homenaje a su madre y su abuela, quienes fallecieron ambas un día cinco.

ÉXITO EN LA NBA

Anthony Edwards demuestra su valía en la NBA, alcanzando un hito significativo: anotó su triple número 800 en el primer cuarto del partido contra los Toronto Raptors en el Target Center de Minneapolis. A los 23 años y 82 días, Edwards se convirtió en el jugador más joven en lograr esta hazaña en la liga y lo hizo en solo 305 partidos, igualando al escolta de los Golden State Warriors, Steph Curry, como el quinto jugador más rápido en alcanzar este número.

Edwards no solo se ha consolidado como una pieza clave para los Minnesota Timberwolves, sino que también ha sido comparado con leyendas como Dwyane Wade y Kobe Bryant, este último logro refuerza su impacto en la liga, posicionándolo como uno de los talentos jóvenes más prometedores en su camino hacia la grandeza.

ORO EN PARÍS 2024

La experiencia de haber representado a su país anteriormente, le infundió una nueva perspectiva sobre el baloncesto, llevándolo a comprometerse más seriamente con el deporte. Esta dedicación fue premiada cuando fue seleccionado para el equipo de estrellas que representó a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de París 2024.

En París, Edwards destacó como el jugador más joven del equipo, compartiendo cancha con figuras icónicas como LeBron James. El esfuerzo colectivo culminó en una medalla de oro, un logro que Edwards dedicó a su madre y abuela, quienes, según sus palabras, habrían estado profundamente orgullosas de él.

EL FUTURO DE ANTHONY EDWARD

A sus 23 años, Anthony Edwards, tiene un prometedor futuro por delante. La temporada 2024 de la NBA y su reciente experiencia en los Juegos Olímpicos han demostrado que su potencial apenas está empezando a desarrollarse, además de sus habilidades físicas, Edwards ha ganado una reputación por su actitud confiada y su carisma tanto dentro como fuera de la cancha, características que lo han convertido en una figura muy querida entre los fanáticos y sus compañeros de equipo.

Aunque aún tiene mucho por demostrar, Edwards ha dejado claro que tiene la ambición y la capacidad de convertirse en uno de los grandes nombres de la NBA. Con los Timberwolves en camino de hacer historia y su lugar asegurado en la élite del baloncesto internacional, el “hombre hormiga” se perfila como una leyenda en formación.