Cada temporada, en noviembre, un equipo de trabajadores de Tirol del Sur llega para construir a mano esta maravilla. Utilizan alrededor de 15.000 metros cúbicos de nieve y 10.000 metros cúbicos de agua, transformando la ladera en lo que muchos llaman “la escultura de hielo más grande del mundo”. Este proceso artesanal no solo da forma a la pista, sino que también asegura su singularidad, un aspecto que la diferencia de todas las demás pistas del circuito mundial.
Atletas como Laura Nolte, campeona olímpica en Beijing 2022, elogian las características únicas de la pista en Olympics: “Es muy suave, muy silenciosa. Es simplemente divertida. Amo esta pista histórica: su entorno, el clima… Es impresionante”. Estas palabras resumen el sentimiento compartido por numerosos competidores que regresan año tras año.
EL NACIMIENTO DEL BOBSLEIGH EN ST. MORITZ
A finales del siglo XIX, el pueblo de St. Moritz ya era un punto de referencia para deportes de invierno, comenzando con la construcción de la Cresta Run, una pista destinada a skeleton. Pero fue aquí donde el bobsleigh tomó forma, dando origen a una nueva disciplina que pronto necesitaría su propio espacio. Así nació la Olympia Bob Run, un lugar que ha acogido más de 23 campeonatos mundiales y numerosas ediciones de la Copa del Mundo.
La pista no solo se mantiene como la última de su tipo construida de forma natural, sino que también es elogiada por su conexión con la tradición. Matt Weston, campeón mundial de skeleton en 2023, expresó: “Es una pista muy especial para mí. Gané mi primer título mundial aquí, y siempre vuelvo con buenos recuerdos”.
UNA EXPERIENCIA MÁGICA PARA ATLETAS Y FANS
El encanto de la pista va más allá de su diseño. Frank Del Duca, piloto del equipo estadounidense de bobsleigh, describió a Olympics la experiencia como mágica: “Saber que esta pista se construye a mano y que utilizan escobas tradicionales para barrerla realmente añade a la magia de St. Moritz”. Para muchos, deslizarse por esta pista es sentir la historia viva del bobsleigh y skeleton.
Con la llegada de la Copa del Mundo IBSF 2025 a finales de enero (21-25 de enero), la atención vuelve a centrarse en esta icónica pista. Aunque los tiempos rápidos y las emocionantes carreras están garantizados, lo que realmente perdura es el legado y la magia que la Olympia Bob Run aporta al deporte.