Los nadadores que lucharán por el oro en los Juegos Olímpicos de París apostarán por trajes de baño de última generación que serán sus armas en la piscina. La innovación en los trajes puede marcar la diferencia en un deporte en el que las medallas muchas veces se deciden por milímetros.

Speedo, la marca de trajes de baño por excelencia ha presentado la versión Fastskin LZR Racer, impulsada por una tecnología inspirada en los viajes espaciales y considerado el traje más repelente al agua de su historia.

Emma Mckeon, Caeleb Dressel o Adam Peaty usarán este traje, que proporciona sensación de ingravidez y que puede que reduzca algunas centésimas de segundo sus tiempos. “Es mi propio traje cohete Speedo”, ha comentado Dressel, ganador de cinco medallas de oro en Tokio sobre el anterior traje y sobre este nuevo añade que “estoy seguro de que me va a ayudar”. McKeon, ganadora de cuatro oros en Tokio calificó también el nuevo traje como “más rápido que nunca, el agua se desliza”.

Los trajes utilizan una tecnología de revestimiento que originalmente se utilizaba para proteger los satélites. «El factor más importante en la natación, al tratarse de un deporte acuático, es la resistencia al avance, que es con diferencia el principal factor que resta velocidad. Por eso, cualquier cosa que modifique las fuerzas de resistencia al avance vale su peso en oro», explica a la agencia AFP Kevin Netto, especialista en ciencias del ejercicio de la Escuela Curtin de Salud Aliada de Perth.