La emblemática regata Sydney to Hobart de este año se ha visto marcada por la tragedia tras la muerte de dos marineros en la primera noche de la competición. Ambos fallecieron tras ser golpeados por las botavaras de sus respectivos veleros, Flying Fish Arctos y Bowline, en medio de condiciones meteorológicas adversas que también obligaron a numerosos equipos a retirarse, incluyendo al favorito Master Lock Comanche.
El primer incidente ocurrió a unas 30 millas náuticas al sureste de Ulladulla, en la costa sur de Nueva Gales del Sur. Roy Quaden, de 55 años y miembro de la tripulación del Flying Fish Arctos, sufrió un golpe fatal en la cabeza mientras la embarcación enfrentaba un mar violento, según detallan desde la organización y recoge el diario ‘The Guardian’. A pesar de los esfuerzos de sus compañeros y la asistencia de la policía marítima, Quaden falleció antes de llegar a tierra firme.
HOMENAJE A LOS TRIPULANTES FALLECIDOS
El segundo incidente tuvo lugar cerca de las 2:15 de la madrugada, a unas 30 millas náuticas al noreste de Batemans Bay, cuando Nick Smith, un experimentado marinero de 65 años que participaba en su quinta regata Sydney to Hobart, también fue golpeado por la botavara del Bowline. Aunque los esfuerzos de reanimación cardiopulmonar fueron intensos, Smith perdió la vida en el lugar.
La Royal South Australian Yacht Squadron lamentó la pérdida de Smith, describiéndolo como un miembro clave de la comunidad náutica. Amigos y colegas rindieron homenaje en redes sociales, recordándolo como un “amigo siempre dispuesto a ayudar”.
UN RESCATE MILAGROSO
La noche también estuvo marcada por el rescate de Luke Watkins, tripulante del Porco Rosso, quien fue arrastrado al mar por una ola gigante. Watkins, de 37 años, estuvo a la deriva más de un kilómetro antes de ser rescatado gracias a su radiobaliza de emergencia, activada automáticamente al caer al agua. “Fue una experiencia aterradora, especialmente de noche”, relató Watkins, quien logró mantener la calma y seguir los protocolos de seguridad.
David Jacobs, vicecomodoro del Cruising Yacht Club of Australia, destacó la eficacia de los sistemas de seguridad implementados tras incidentes pasados, como la tragedia de 1998 que llevó a reformas masivas en las normas de seguridad de la regata. En esta edición, la regata ha visto un alto número de abandonos: hasta las 8:30 de la mañana del viernes, 16 de los 104 barcos inscritos se habían retirado, algunos tras sufrir daños importantes en la estructura del barco.
El Cruising Yacht Club of Australia ha anunciado que investigará a fondo los incidentes para garantizar que se sigan mejorando las medidas de seguridad en futuras ediciones de la regata.