Es un espacio reservado para las leyendas. Solo los más grandes entran y pueden sentarse en la mesa. Es una constelación de estrellas. Es el Salón de la Fama de la FIBA, el Hall of Fame, el lugar donde se reconocen a los jugadores, entrenadores, colaboradores y relacionados al baloncesto que marcaron, de una u otra forma, la época en la que estuvieron cerca de la naranja.
El pasado 30 de abril la FIBA anunció a sus nuevos integrantes, la Clase 2024 de figuras que ingresó al Salón de la Fama. El exjugador serbio Predrag Stojaković, el ídolo de Indiana Pacers Reggie Miller, el centroafricano Romain Sato, la leyenda letona de 81 años Skaidrīte Smildziņa, la exjugadora croata Danira Nakić, medallista olímpica y mundial con la ex Yugoslavia; el neozelandés Kirk Penney, ex capitán histórico de las Tall Blacks; el coach Daniel Peterson que hizo historia con el Milan de Italia; y la china Lijie Miao, quien lideró a su país a dos títulos de Asia fueron los destacados de este año por el ente rector del baloncesto mundial.
«El Salón de la Fama de FIBA refleja el deseo y deber de dar tributo a aquellos que han tenido roles claves en la historia del baloncesto internacional, a la misma vez preservando su herencia desarrollando una colección que ya cuenta con miles de libros y objetos relacionados al baloncesto», explica la FIBA en su sitio web oficial.
UN PROYECTO DE ÉXITO DESDE 2007
La idea de crear un espacio para homenajear a las leyendas surgió por 1990, cuando el exentrenador Pedro Ferrándiz se lo propuso a Borislav Stankovic cuando era Secretario General de la FIBA. En 2001 recién se aprobó la idea por parte del Consejo Directivo y ya para 2007 se lanzó oficialmente el Salón de la Fama de la FIBA.
En principio se destacó a 20 figuras del baloncesto internacional. Entre ellas destacan Bill Russell y sus 11 anillos de la NBA, el multicampeón croata Drazen Petrovic o el argentino Óscar Furlong, MVP del Mundial de Baloncesto 1950.
Desde su primera edición han desfilado cientos de estrellas que destacaron en algún momento de la historia, como el serbio Vlade Divac, quien ingresó en 2010; o el mismísimo Michael Jordan, quien fui incluido en 2015 tras sus títulos de NBA y su doble oro olímpico de 1984 y 1992 con el Dream Team.
Shaquille O’Neal, Yao Ming, Toni Kukoc son otros que forman parte de este selecto grupos de homenajeados, lo mejor en la historia del baloncesto.