El nuevo código de conducta que cambiará la Fórmula 1
Juan José Saldaña
enero 23, 2025

La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha decidido dar un giro radical a su política disciplinaria para la temporada 2025, estableciendo un marco de sanciones sin precedentes que promete transformar completamente el comportamiento de los pilotos en la Fórmula 1. El detonante de esta nueva estrategia fue la polémica protagonizada por Max Verstappen en la temporada anterior, cuando fue sancionado por usar lenguaje inapropiado en una rueda de prensa, un incidente que reveló la necesidad de establecer límites más claros y estrictos en el comportamiento de los deportistas. Esta decisión no solo busca regular el lenguaje, sino también sentar un precedente sobre el comportamiento profesional y la responsabilidad que tienen los pilotos como figuras públicas e íconos deportivos.

Las nuevas reglas representan una declaración de intenciones clara y contundente: cero tolerancia con cualquier conducta que la FIA considere fuera de lugar o potencialmente dañina para la imagen del deporte. Desde palabras malsonantes hasta gestos ofensivos, los pilotos deberán medir cada una de sus expresiones so pena de enfrentar multas económicas que podrían comprometer seriamente sus aspiraciones deportivas. Esta transformación refleja un cambio profundo en la cultura del automovilismo, donde tradicionalmente se ha tolerado un cierto margen de expresividad y confrontación, pero que ahora busca establecer nuevos estándares de comunicación y respeto.

UN NUEVO CÓDIGO DE CONDUCTA

El sistema de sanciones diseñado por la FIA es escalonado y severamente punitivo, con un mecanismo de escalada de consecuencias que busca disuadir cualquier comportamiento inadecuado. Una primera infracción podría costar 40.000 euros, una cantidad que se duplica en caso de reincidencia, acompañada potencialmente de un mes de suspensión. La tercera falta podría significar multas de hasta 120.000 euros, suspensión efectiva y pérdida de puntos en el campeonato mundial, lo que representa un golpe significativo no solo para el piloto, sino potencialmente para todo su equipo.

Las nuevas normas van más allá del lenguaje, extendiendo su alcance a gestos, señales y cualquier comportamiento que la FIA interprete como inapropiado. Los pilotos no solo están limitados en su expresión verbal, sino también en su conducta general, tanto dentro como fuera de la pista. Críticas a la organización, protestas contra comisarios o incluso el incumplimiento de ceremonias oficiales serán estrictamente sancionados, convirtiendo esta temporada en un verdadero campo de pruebas para la disciplina en el automovilismo. Esta transformación busca no solo regular el comportamiento, sino también educar a las nuevas generaciones de pilotos sobre la importancia del respeto, la profesionalidad y la imagen del deporte.

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