Las duras críticas de la ex Directora Ejecutiva de la FIA, Natalie Robyn, a la Federación
Juan José Saldaña
abril 10, 2025

La exdirectora ejecutiva de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Natalie Robyn, ha hablado por primera vez desde su salida de la organización en mayo de 2024, advirtiendo sobre los “serios desafíos estructurales” que enfrenta el organismo rector del automovilismo. Robyn, quien ocupó el cargo durante apenas 18 meses, aseguró que durante su gestión trabajó en un entorno adverso para fortalecer la gobernanza y mejorar la transparencia operativa de la federación. Sus declaraciones llegan poco después de la renuncia del vicepresidente deportivo, Robert Reid, quien denunció una ruptura en los estándares de gobernanza de la FIA.

Aunque en su momento se informó que Robyn había dejado el cargo de mutuo acuerdo para buscar nuevas oportunidades, ahora se sabe que fue forzada a dimitir tras desacuerdos con el presidente Mohammed Ben Sulayem. La exdirectiva se mostró especialmente preocupada por la exclusión de actores clave en la toma de decisiones, lo que, en su opinión, “socava los cimientos de una organización sólida”. Robyn también manifestó su tristeza, señalando que comprometen tanto la credibilidad como la eficacia de la FIA.

Crisis interna y salidas clave

Las declaraciones de Robyn no son un hecho aislado, sino parte de una ola de renuncias y despidos que han sacudido a la FIA en el último año. Tras su salida, se produjeron las del jefe del comité de auditoría, Bertrand Badre, y del miembro Tom Purves, además del despido del responsable de cumplimiento Paolo Basarri, quien investigó la supuesta interferencia presidencial en carreras de 2023. Esta sucesión de salidas ha revelado una growing fractura interna y ha puesto bajo la lupa la gestión presidencial, cuya influencia y estilo de liderazgo son cada vez más cuestionados por antiguos colaboradores.

La controversia se intensifica mientras Ben Sulayem intenta liderar una propuesta para modificar anticipadamente las reglas de motores de 2026 en la Fórmula 1, buscando regresar a motores V10 atmosféricos. Aunque Ferrari y Red Bull apoyan la iniciativa, Mercedes, Honda y Audi se oponen firmemente. El trasfondo político de esta medida también genera dudas, especialmente por la influencia externa de figuras como Bernie Ecclestone y Christian Horner en la estrategia del presidente. Todo esto ocurre a meses de las elecciones presidenciales de la FIA, en las que, pese al descontento, no ha surgido un candidato claro que desafíe el poder de Ben Sulayem, quien sigue contando con una base de apoyo sólida, reforzada —según algunas fuentes— a través de incentivos financieros a federaciones miembro.

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