El saudí Yazeed Al-Rajhi ha inscrito su nombre en los anales del automovilismo al conquistar el Rally Dakar 2025, una edición que quedará marcada por la igualdad entre fabricantes y las sorpresas que depararon las dunas de Arabia Saudí. En su sexta participación como local y tras 11 intentos en el rally más exigente del mundo, el piloto de 43 años se convirtió en el primer saudí en ganar el Touareg en casa. Una hazaña que no se veía desde 1994, cuando el francés Pierre Lartigue se proclamó campeón en su tierra natal.
Toyota, de la mano del equipo Overdrive, también hizo historia al lograr su cuarto Dakar en siete años. A pesar de la feroz competencia de Mini, Ford y Dacia, la marca japonesa demostró una vez más la fiabilidad de su Hilux T1+, consiguiendo nueve triunfos de etapa y manteniendo su supremacía en el desierto. El desempeño de Al-Rajhi y su copiloto, Timo Gottschalk, fue clave en una carrera donde la estrategia prevaleció sobre la velocidad pura.
LA CONSTANCIA Y ESTRATEGIA
La edición 2025 del Dakar no solo fue una de las más reñidas, sino también un ejemplo de cómo la experiencia y la regularidad pueden superar a la potencia bruta. Al-Rajhi tomó el liderato en la etapa 9 de las 12 totales, aprovechando los complicados terrenos del Empty Quarter para distanciarse de su principal rival, el sudafricano Henk Lategan, compañero en Toyota. Aunque Lategan lideró gran parte del rally y obtuvo dos victorias de etapa, no pudo evitar el avance imparable del saudí, quien administró una ventaja crucial de 6 minutos y 11 segundos en el tramo final.
La última etapa en Shubaytah ofreció un espectáculo emocionante, con una salida masiva al estilo clásico del Dakar. Sin embargo, el orden final de la general no cambió. Al-Rajhi cruzó la meta como el nuevo campeón, con Lategan segundo y el sueco Mattias Ekström completando el podio tras un sólido desempeño con el Ford Raptor T1+. Este resultado consolida al piloto saudí como un referente para las nuevas generaciones del automovilismo en su país.
El triunfo de Al-Rajhi no solo es un hito personal, sino también un símbolo del creciente protagonismo de Arabia Saudí en el mundo del deporte motor. Inspirado por figuras como Carlos Sainz, quien incluso lo asesoró durante la competición, Al-Rajhi se perfila como un impulsor clave del automovilismo local, con iniciativas para apoyar a jóvenes talentos y seguir elevando el nivel del Dakar en los años venideros.