Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) ha presentado este jueves al Equipo Olímpico de Refugiados para París 2024. Es la tercera vez que podremos ver en los Juegos Olímpicos a este equipo, que este año representará a más de 100 millones de personas desplazadas en todo el mundo.
El equipo estará dirigido por Masomah Ali Zada, que fue miembro del Equipo Olímpico de Refugiados de Tokio 2020. La mayoría de los atletas del equipo reciben apoyo a través del Programa de Becas para Atletas Refugiados, administrado por la ORF y financiado por Solidaridad Olímpica. El proceso de selección del equipo se basa en el rendimiento deportivo y en la condición de refugiado del deportista, según confirma ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
LOS REFUGIADOS, ENRIQUECIMIENTO PARA LA SOCIEDAD
“Os damos la bienvenida a todos con los brazos abiertos. Sois un enriquecimiento para nuestra Comunidad Olímpica y para nuestras sociedades”, ha comentado Thomas Bach en la presentación. Además, quiso dirigirse a los auténticos protagonistas, lograrán que miles de millones de personas en todo el mundo tomen conciencia de la magnitud de la crisis de refugiados” comentó.
La líder del equipo, Masomah Ali Zada también dio la bienvenida a los atletas “todos tenían un sueño, y hoy su sueño es competir en los Juegos Olímpicos, tenéis la oportunidad de inspirar a una nueva generación, representar algo más grande que vosotros mismo y mostrar al mundo de lo que los refugiados son capaces”.
En la presentación del equipo de refugiados también estuvo Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados que se refirió a este equipo como la esperanza de todos aquello desarraigados por la guerra y la persecución y añadió que “estos atletas representan lo que los seres humanos pueden hacer, incluso ante la adversidad extrema”.
Un emblema propio y de todos
Por primera vez en los Juegos Olímpicos, el Equipo Olímpico de Refugiados competirá bajo su propio emblema de equipo. Se trata de un símbolo unificador que reúne a diversos atletas y le da al equipo su propia identidad única.
Provenientes de diferentes rincones del mundo, cada miembro del equipo tiene su propia historia. Al igual que los 100 millones de personas que representan. En el centro del emblema hay un corazón, que proviene del logotipo de la Olympic Refuge Foundation y representa la pertenencia que el equipo espera inspirar y que los atletas y las personas desplazadas de todo el mundo han encontrado a través del deporte.
«Este emblema nos une a todos»
Ali Zada afirma que “este emblema nos une a todos, unidos por la experiencia, aunque todos somos diferentes, todos hemos recorrido un camino para llegar a donde estamos” y añadió que tener su propio emblema crea un sentido de pertenencia y les permite representar también a la población de más de 100 millones de personas que comparten esa misma experiencia.
Los atletas que forman parte del Equipo Olímpico de Refugiados son Adnan Khankan, Árabe Sibghatullah, Mahboubeh Barbari Yharfi, Mohammad Rashnonezhad, Muna Dahoul, Nigara Shaheen, que competirán en Judo, Alaa Maso y Matin Balsini en natación, Amir Ansari y Eyeru Gebru, en ciclismo de carretera, Amir Rezenejad Hassanjani en Slalon de Canoa y Fernando Dayan, Saeid Fazloula y Saman Soltani en sprint de canoa. En boxeo, Cindy Ngamba y Omid Ahmadisafa. En Taekwondo competirán Dina Pouryounes Langeroudi, Farzad Mansouri, Hadi Tiranvalipour, Kasra Mehdipournejad, Yahya Al Ghotany, Abdullah Sediqi y Kimia Alizadeh. En una de las disciplinas reina de los Juegos Olímpicos, en Atletismo competirán Dorian Keletela, Farida Abaroge, Jamal Abdelmaji, Mohammad Amin Alsalami, Musa Suliman, Perina Lokure Nakang y Tachlowini Gabriyesos, en bádminton competirá Dorsa Yavarivafa, en breaking Manizha Talash, en disparo Francisco Edilio Centeno y Luna Solomon, en levantamiento de pesas Ramiro Mora y Yekta Jamali Galeh y en lucha Iman Mahdavi.
La participación del Equipo Olímpico de Refugiados en los Juegos Olímpicos no sólo es un testimonio de su resiliencia y excelencia, sino que también envía un poderoso mensaje de esperanza, pertenencia e inclusión.