El gobierno de Australia respaldó una serie de recomendaciones pioneras que buscan proteger los derechos laborales y competitivos de las atletas femeninas que deciden tener hijos. Las directrices, elaboradas por el Instituto Australiano del Deporte, la Universidad Central de Queensland y la Academia de Deportes de Queensland, establecen medidas que van desde la preconcepción hasta la paternidad, con el objetivo de que las deportistas no deban elegir entre su carrera y la maternidad.
Las recomendaciones proponen garantizar el salario, la clasificación y el estatus deportivo de las atletas durante su proceso reproductivo, incluso si se alejan temporalmente del deporte por tratamientos de fertilidad. La ministra de Deportes, Anika Wells, destacó que ser madre no debería ser un obstáculo para alcanzar el éxito deportivo, señalando a figuras como Jess Stenson y Vanessa Low como ejemplos de grandeza alcanzada desde la maternidad.
Nuevos estándares para una maternidad deportiva sin renuncias
Entre las medidas clave, se contempla la seguridad contractual, la protección de la financiación y acuerdos de trabajo alternativos por al menos 12 meses. Estas disposiciones buscan acompañar no solo a las atletas que ya son madres, sino también a aquellas que están en procesos de planificación o tratamientos de fertilidad. La directora del proyecto de salud femenina del AIS, Rachel Harris, subrayó que muchas deportistas enfrentan la disyuntiva entre formar una familia o continuar compitiendo, lo que ha llevado a retiros prematuros que podrían evitarse con políticas de apoyo adecuadas.
Algunas federaciones ya han tomado la delantera. La WTA introdujo protecciones de clasificación para atletas en tratamientos de fertilidad, y Football Australia, junto a Professional Footballers Australia, ha implementado licencias parentales pagadas y apoyo para niños en los campamentos de las Matildas. La exjugadora Kate Gill valoró positivamente las recomendaciones, destacando que fortalecen una política ya considerada de clase mundial. Estas medidas colocan a Australia como un referente en la promoción de una maternidad compatible con el alto rendimiento deportivo.