Con un mensaje audiovisual del presidente Gabriel Boric y el Parque Metropolitano de Santiago como escenario, Chile oficializó esta semana su interés en ser sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2030. La capital del país lidera esta propuesta, en línea con su ambición de albergar también unos Juegos Olímpicos de verano en el futuro. La comunicación formal ya había sido enviada semanas antes al Comité Olímpico Internacional (COI), mediante una carta firmada por Miguel Ángel Mujica, presidente del Comité Olímpico Chileno, junto con un documento de respaldo del Estado rubricado por el ministro del Deporte, Jaime Pizarro.
El anuncio fue difundido públicamente este lunes a través de un video en el que Boric expresó su total apoyo a la postulación y destacó que esta iniciativa forma parte de una agenda de grandes eventos deportivos que incluye la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA, el Mundial de Ciclismo en Pista, la AmeriCup Femenina de Básquetbol, los Juegos Parapanamericanos Juveniles y los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales de 2027. “El deporte es una herramienta de transformación social y un motor de desarrollo”, subrayó el mandatario.
Un proyecto estratégico con visión de futuro
El evento de presentación congregó a autoridades como el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, el gobernador de Santiago, Claudio Orrego, dirigentes deportivos y deportistas del Team Chile, quienes coincidieron en destacar el potencial organizativo del país. Mujica señaló que esta candidatura no solo refuerza la aspiración olímpica absoluta, sino que ofrece una vitrina global para demostrar la capacidad de Chile y al mismo tiempo formar a nuevas generaciones de atletas. “Los Juegos de la Juventud permitirían proyectar al futuro Team Chile y difundir los valores del deporte entre niños y jóvenes”, dijo el dirigente.
Por su parte, el ministro Jaime Pizarro resaltó la experiencia reciente de Chile tras el exitoso desarrollo de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023, que dejaron una infraestructura deportiva de alto nivel. En este contexto, subrayó la importancia de que el proyecto tenga carácter estatal y cuente con la colaboración tanto del sector público como privado. A la espera de la elección de sede —que podría resolverse entre 2026 y 2027—, Chile abre una etapa clave de estudios técnicos, consensos políticos y diplomacia olímpica, mientras la ilusión juvenil comienza a tomar forma al pie de la cordillera.
