El fútbol femenino en Inglaterra ha recorrido un camino desafiante, pasando de ser una actividad marginada a convertirse en un deporte nacional celebrado. Su historia está marcada por la resiliencia, los cambios sociales y una determinación inquebrantable. Hoy en día, las Lionesses de Inglaterra simbolizan el empoderamiento, pero su camino hacia la prominencia no estuvo exento de obstáculos.
Los orígenes del fútbol femenino en Inglaterra se remontan a finales del siglo XIX. En 1895, se fundó el British Ladies’ Football Club, liderado por Nettie Honeyball, una sufragista pionera decidida a desafiar las normas sociales. Los primeros partidos atrajeron multitudes significativas, lo que evidenció el creciente interés de las mujeres en el deporte. Sin embargo, el fútbol femenino enfrentó críticas de quienes lo consideraban inapropiado para las mujeres.
Durante la Primera Guerra Mundial, el fútbol femenino ganó prominencia nacional. Equipos como el Dick, Kerr Ladies, formado en 1917, atrajeron grandes audiencias y recaudaron fondos para organizaciones benéficas durante la guerra. Un partido notable el Día de San Esteban (Boxing Day) de 1920 en el estadio Goodison Park reunió a más de 53,000 espectadores, mientras miles quedaron afuera sin poder ingresar. A pesar de este éxito, se estaba gestando la oposición.
En 1921, la Asociación de Fútbol prohibió el fútbol femenino, citando preocupaciones médicas y calificándolo como “inadecuado” para las mujeres. Esta decisión, ampliamente considerada como una reacción al temor de que el fútbol femenino eclipsara al masculino, condenó al deporte a la oscuridad. Los equipos femeninos fueron prohibidos de jugar en campos afiliados a la FA, y la prohibición duró 50 años. A pesar de este revés, jugadoras dedicadas continuaron practicando el deporte de manera informal, manteniéndolo vivo en su período más oscuro.
SE FUNDÓ LA WFA
La prohibición fue levantada en 1971, lo que marcó el comienzo de una recuperación gradual. Ese mismo año, se fundó la Asociación de Fútbol Femenino por sus siglas en inglés y el equipo nacional de Inglaterra jugó su primer partido oficial, derrotando a Escocia 3-2. Sin embargo, los desafíos persistieron, como la falta de financiamiento, una cobertura mediática mínima y poco apoyo institucional. El progreso significativo comenzó cuando la FA asumió el control directo del fútbol femenino en 1993.
La creación de la FA Women’s Super League en 2011 fue un momento decisivo. Al ofrecer una plataforma profesional para las jugadoras, la liga atrajo patrocinadores, atención mediática y una creciente base de seguidores. Clubes como Chelsea, Arsenal y Manchester City comenzaron a invertir fuertemente en sus equipos femeninos, fomentando una liga doméstica competitiva. Para mediados de la década de 2010, el equipo nacional de Inglaterra ya era una fuerza formidable en el ámbito internacional.
El tercer puesto de las Lionesses en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2015 marcó su llegada como contendientes serias. Su histórica victoria en la Eurocopa Femenina de la UEFA 2022 consolidó aún más su estatus. Su dramática victoria por 2-1 sobre Alemania en el estadio de Wembley, presenciada por una multitud récord de 87,192 espectadores, se convirtió en un momento definitorio para el fútbol femenino en Inglaterra. Este triunfo fue más que un trofeo; fue la validación después de décadas de lucha y sacrificio.
LAS DESIGUALDADES SIGUEN EXISTIENDO
A pesar de estos éxitos, los desafíos persisten. La desigualdad de género sigue siendo un problema, con brechas salariales y menos recursos en comparación con el fútbol masculino. Las campañas por la igualdad salarial y mejores instalaciones han ganado impulso, presionando a los organismos rectores para abordar estas cuestiones. En 2020, la FA anunció igualdad salarial para los jugadores y jugadoras que representan a las selecciones nacionales, marcando un hito importante en la lucha por la igualdad.
El desarrollo del fútbol base también se ha convertido en una prioridad, asegurando que la próxima generación de niñas tenga acceso a entrenadores, instalaciones y oportunidades. Las tasas de participación entre las niñas jóvenes han aumentado, inspiradas por modelos a seguir como Leah Williamson, Lucy Bronze y Ellen White. La mayor visibilidad del fútbol femenino, respaldada por acuerdos televisivos y patrocinios, ha consolidado aún más su lugar en la cultura inglesa.
El ascenso del fútbol femenino en Inglaterra es un testimonio de resiliencia y perseverancia. Desde las pioneras que desafiaron las convenciones hasta las campeonas contemporáneas que han roto techos de cristal, la historia del fútbol femenino representa un triunfo sobre la adversidad. A medida que el deporte continúa creciendo, su legado inspirará a las generaciones futuras, reafirmando que el fútbol es, y siempre ha sido, un deporte para todos.