La reciente detención de Khodadad Afsharian, que ocupó los titulares de los sitios de noticias iraníes el mes pasado, no fue ninguna sorpresa. El ex jefe de la Comisión de Árbitros de Fútbol de Irán, junto con Soheil Mehdi y Fariborz Mahmoudzadeh, ambos directivos de la liga, fueron detenidos por aceptar presuntamente sobornos del club de fútbol Mes Rafsanjan. El escándalo ha implicado a numerosos árbitros y equipos de fútbol.
En abril de 2024, tras los informes de corrupción financiera en el Mes Rafsanjan, la Federación Iraní de Fútbol anunció el fin de los mandatos de Afsharian y Mehdi sin nombrarlos explícitamente. Más tarde se reveló que el club había sobornado a la Federación con 400 monedas de oro. Afsharian confesó al menos 15 casos de amaño de partidos y reveló la implicación de los árbitros en la manipulación de los resultados de los partidos en las ligas de fútbol iraníes.
EL ALCANCE DEL ESCÁNDALO SE AMPLIÓ
Mehdi Taj, presidente de la Federación Iraní de Fútbol, ya implicado en al menos dos casos de corrupción relacionados con Foolad Mobarakeh y el contrato con el seleccionador belga Marc Wilmots, que costó a Irán 8,3 millones de euros, trató inicialmente de restar importancia al escándalo, afirmando que sólo afectaba a 25 monedas de oro. Sin embargo, a medida que se iban conociendo más detalles, el alcance del escándalo se ampliaba considerablemente.
Un fan iraní en un partido de la selección. (Morteza Nikoubazl/NurPhoto/Shutterstock)
En las redes sociales iraníes, los seguidores del Sepahan FC, el Persépolis y el Esteghlal de Teherán se acusan mutuamente de beneficiarse del amaño de partidos, compartiendo casos de árbitros que influyen directamente en los resultados de los partidos como prueba.
Rasoul Korbekandi, entrenador de la Premier League iraní, expresó en una entrevista su consternación por la arraigada corrupción en el fútbol iraní. «Si recuerdan, cuando estaba en el Saba, un árbitro concedió un penalti al equipo contrario en el tiempo añadido, lo que dio como resultado un empate a dos. Dije entonces que nuestro fútbol es corrupto, ¿y qué pasó? Me multaron con 3 millones de toman y me suspendieron dos partidos», lamentó.
Nader Faryadshiran, guardameta de la década de 1980, también opinó: «Todo el mundo espera ahora que se tomen medidas contra esta corrupción masiva en el fútbol iraní, y no que se encubra como en el caso de Foolad Mobarakeh, en el que también estuvo implicado Mehdi Taj. Cuando los árbitros iraníes participan en este tipo de connivencias, se dan situaciones como la del Mes Rafsanjan FC, que compró entre 700 y 800 monedas de oro, equivalentes a 200.000 dólares, sin dejar rastro de las transacciones bancarias. Incluso ha habido sobornos en efectivo y criptodivisas. La cuestión central es que los intermediarios del fútbol contactan con jugadores con posibilidades de ser invitados a la concentración de la selección, prometiéndoles una plaza a cambio de firmar un contrato, que incluye opciones multimillonarias en riales que se reparten entre varias personas después de que el jugador sea invitado».
Durante los dos últimos años, la Federación ha evitado instalar cámaras VAR. Con las revelaciones generalizadas de amaño de partidos, muchos ven ahora esta reticencia vinculada a la corrupción del fútbol iraní.
