En una reciente carta dirigida a la comunidad deportiva, el presidente de la Asociación Española de Halterofilia, Tomás Abeigón, ha expuesto una serie de preocupaciones sobre el estado actual del fisicoculturismo y el fitness. Este documento busca aclarar conceptos erróneos y arrojar luz sobre problemas que afectan a estas disciplinas, como la fragmentación organizativa y el uso de sustancias dopantes.
Según Abeigón, la Federación Internacional de Fitness y Fisicoculturismo (IFBB) no es una federación deportiva en el sentido estricto, sino una asociación. Aunque la IFBB se presenta como «el organismo rector internacional del fisicoculturismo y el fitness», esta afirmación no refleja la realidad del panorama global. Existen múltiples organizaciones internacionales, como la NABBA, la WABBA y la NPC/IFBB Pro League, que también regulan competiciones y agrupan a miles de atletas, lo que evidencia la fragmentación del fisicoculturismo competitivo.
La falta de un ente rector universal en el fisicoculturismo
El fisicoculturismo y el fitness carecen de una federación deportiva internacional reconocida, lo que genera una diversidad de criterios organizativos y normativas. Esta situación, sumada a la falta de reconocimiento olímpico, impide que exista un único ente rector universalmente aceptado. En este contexto, la IFBB no puede considerarse la máxima autoridad internacional, como afirma públicamente.
Además, la separación de la NPC/IFBB Pro League de la IFBB, debido a desavenencias con su presidente, es un ejemplo de las tensiones internas que afectan a estas organizaciones. Esta fragmentación no solo dificulta la regulación del deporte, sino que también genera confusión entre los atletas y el público.
El problema del dopaje en el fisicoculturismo y el fitness
Otro tema destacado en la carta es el consumo indiscriminado de sustancias dopantes en el fisicoculturismo y el fitness. Según Abeigón, salvo en las competiciones de «naturales», el uso de hormonas, anabolizantes y esteroides es una práctica común, incluso entre practicantes recreativos. Esta situación ha llevado a que el deporte cargue con el estigma de estar asociado al dopaje.
El presidente de la Asociación Española de Halterofilia considera que ganar competiciones con una musculatura obtenida artificialmente es poco ético y deportivo. Además, señala que la IFBB ha sido declarada «no conforme» con el Código Mundial Antidopaje por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), lo que agrava aún más la problemática.
Ausencia de controles antidopaje en IFBB
En su carta, Abeigón también denuncia la falta de controles antidopaje en competiciones organizadas por la IFBB. A pesar de que esta asociación afirma realizar controles en eventos mundiales y continentales, la Agencia Estatal Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte confirmó que no se están llevando a cabo controles de dopaje en el fisicoculturismo.
Este hecho resulta especialmente preocupante, dado que recientemente se celebró un Campeonato de Europa en Santa Susana (Barcelona), organizado por la IFBB. La ausencia de controles pone en entredicho la transparencia y la ética de estas competiciones, según lo expuesto en la carta.