Para muchos pasó inadvertido, pero no para los integrantes de su delegación. Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, no estaba en la cancha durante la caótica ceremonia de clausura de la Copa América 2024 (con retraso, gente colándose en las gradas y cerca de un 30% de entradas falsas que intentaron acceder al Hard Rock Stadium). Primero miradas, para constatar la ausencia, y luego las consultas telefónicas. La respuesta, cuando llegó, parecía difícil de creer: Jesurún había sido detenido por la policía de Miami.
Según lo declarado por los agentes de seguridad que habrían coprotagonizado el incidente, se les pidió al grupo que encabezaba el presidente esperar antes de dar acceso a la cancha. Hecho que no agradó, siempre en esta versión, a Jesurún y a su hijo (Ramón Jamil Jr.) que lo acompañaba. De este modo se inició una pelea verbal con el guardia de seguridad. Cuando éste los retrasó temporalmente para avanzar a través del acceso, ambos acusados se alteraron y empezaron a «gritarle», afirmaron medios colombianos, citando fuentes de la investigación.
El reporte agrega que el primero en tomar una conducta violenta, según las víctimas, fue Ramón Jamil Jr, quien gritó a pocos centímetros del rostro del agente. Este le solicitó que retrocediera y, al no hacer caso, procedió a ponerle la palma abierta en el pecho para hacerlo retroceder. Fue entonces cuando habría intervenido el presidente y padre, empujándolo, para luego agarrarlo por el cuello, tirarlo al suelo y propinarle una patada en la cabeza.
«A cualquiera le puede pasar»
La policía de Miami intervino deteniendo a los Jesurún y trasladándolos a la correccional Turner Guilford Knight bajo cargos de agresión física en contra de un oficial. La fianza fue de 2.000 dólares y 1.000 dólares para padre e hijo, respectivamente, con desplazamientos autorizados siempre que cumpla las fechas de comparecencia (las que podrían ser virtuales). Al ser liberado, Jesurún negó las agresiones, junto con afirmar que su credencial le daba paso a todos los sectores del estadio: “Fue injusto, somos humanos, a cualquiera le puede pasar”, señaló a modo de explicación.
La Federación colombiana de fútbol (FCF) lamentó en un comunicado los hechos y señaló que el timonel actuó por instinto paternal para defender a su familia durante el altercado, lo que llevó a su detención. Para el organismo, la situación fue exacerbada por la mala logística y la falta de coordinación en la seguridad del estadio, lo que impidió el acceso adecuado a la delegación colombiana antes de la ceremonia de premiación. La Federación terminó ofreciendo disculpas: “Lamentamos, como organización rectora del fútbol colombiano, este suceso y ofrecemos excusas a los organizadores del certamen, el país anfitrión y a las personas que se vieron afectadas”.

Ramón Jesurún. (Sebastian Barros/NurPhoto/Shutterstock)
El conocido ‘Patrón’ del fútbol colombiano, nacido en noviembre de 1952, llegó a la presidencia de la Federación en 2015 y a la vicepresidencia de la Confederación Sudamericana (CONMEBOL) en 2016. El también empresario, estudió Administración de Empresas y fue jugador de baloncesto, antes de vincularse al fútbol.
Cuando gerenció la Corporación Financiera de Transporte de Barranquilla (CFT), se ordenó su detención en 1993 por presuntos manejos irregulares, siendo absuelto tras la investigación.
Con su reconocida habilidad, siguió ganando espacios en la sociedad de Barranquilla. Desde 1998 es presidente del Comité que escoge las candidatas al reinado de belleza en Cartagena (su hija, Laura Jesurún, fue Reina del Atlántico en 2010). Vinculado al club Atlético Junior, llegó a su presidencia en 1997. Ascendió por varios puestos directivos hasta llegar a ser el presidente de la Dimayor, de 2006 a 2015; puesto elegido por los presidentes de los clubes de la liga profesional.
Luego de comparecer en una corte de Miami-Dade y pagar la fianza, el pdte. de la @FCF_Oficial Ramón Jesurun y su hijo, detenidos por la Policía tras un altercado con guardias de seguridad del estadio en la final de la Copa América, quedaron libres.
Esta es su versión del caso ⤵️ pic.twitter.com/ONvtg9DY5o
— Erika Fontalvo (@ErikaFontalvo) July 16, 2024
INVESTIGADO POR PRESUNTA REVENTA
Ya a la cabeza de la Federación, en 2020, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) lo sancionó con una multimillonaria multa a él, a varios directivos y a la misma FCF, por su participación en un cartel de reventa de boletas para el mundial de Rusia 2018. La investigación que generó evidencia sobre posibles delitos, sigue en estado de juicio y la investigación interna de la FCF, pedida por el Ministro del Deporte, hasta ahora no avanza. “Definitivamente no. No existe absolutamente nada con directivos de la FCF con el tema de la boletería”, señaló hace unos meses el directivo.
El hijo del mandamás del balompié cafetero, el otro de los detenidos en el incidente, tiene 43 años y reside en un lujoso condado de Miami, con su familia. El también empresario, con una maestría en Relaciones Internacionales, trabajó en Colombia en transmisiones televisivas, actividad que en su momento generó controversia a raíz de los intereses involucrados. Ya instalado en Miami, fundó en 2017 Fútbol Fitness Wellness (Fütness), un programa de entrenamiento de alta intensidad que fusiona la esencia del fútbol con rutinas de ejercicios.

Dos fans de Colmbia y Argentina, detenidos en Miami. (DiaEsportivo/Action Plus/Shutterstock)
El principal protagonistas del incidente, guinda de la torta de una Copa plagada de errores (y horrores), asoma como un síntoma del momento directivo del fútbol sudamericano. Tras la “limpieza” del caso “FIFA”, los nuevos nombres, con las excepciones del caso, han seguido dando razones para la duda y la sospecha. Jesurún, quien suma acusaciones pero no condenas en investigaciones que a muchos en Colombia les parece que no avanzan, sigue contando con el respaldo mayoritario de los clubes, por lo que su permanencia a la cabeza de la Federación no está en duda (menos su calidad de vicepresidente de la CONMEBOL).
La reacción de Ramón Jesurún, cuando no se le permitió cruzar una puerta con la premura que quería, pareciera ser la de quienes han estado acostumbrados por largo tiempo a pasar siempre, y por lo general sin permiso.