Casi una década después de que se presentara una demanda antimonopolio contra la UFC (Ultimate Fighting Championship), más de 1.000 luchadores profesionales de artes marciales mixtas (MMA), tanto actuales como retirados, comenzarán a recibir pagos a partir de junio de 2024. El acuerdo de 260 millones de dólares fue aprobado preliminarmente por el juez federal de EEUU Richard F. Boulware, lo que marca el principio del fin en el caso ‘Le, et al v Zuffa LLC’.
El acuerdo global alcanzado en julio de 2023 prevé un desembolso total de 375 millones de dólares, aunque solo una parte de este monto se destinará a los luchadores representados en el caso ‘Le‘. Aún queda pendiente el litigio del caso ‘Johnson, et al v Zuffa LLC’, que cubre a los luchadores desde 2017 y que aún tiene el potencial de generar cambios estructurales en los contratos y prácticas comerciales de la UFC.
¿POR QUÉ LA UFC FUE DEMANDADA?
La UFC fue demandado por un grupo de luchadores en 2014, encabezado por exestrellas como Cung Le, Jon Fitch y Brandon Vera, quienes alegaban que la compañía imponía contratos restrictivos y limitaba las opciones de los atletas en el mercado laboral. Según la demanda, Zuffa LLC, propietaria de aquella UFC, reducía artificialmente los salarios de los luchadores mediante tácticas que impedían la competencia y absorbían a rivales en dificultades financieras.
Los demandantes argumentaron que los luchadores solo podían ser considerados «campeones mundiales» si tenían un contrato con el UFC, lo que les obligaba a aceptar contratos a largo plazo. Como resultado, la mayoría de los ingresos generados por la UFC no llegaban a los atletas, quienes sólo recibían el 20% de los ingresos de la promotora.
LA DEMANDA A LA UFC Y SUS IMPLICACIONES
El juez Boulware determinó que los demandantes sufrieron daños económicos debido a las prácticas anticompetitivas de la UFC. A pesar de que el UFC negó haber actuado incorrectamente, se vio forzado a llegar a un acuerdo antes de que el caso fuera llevado a juicio en 2024. La decisión evitó el riesgo de una condena que podría haber resultado en pagos de hasta 1.600 millones de dólares.
El acuerdo preliminar otorgará el 70% del total de las compensaciones salariales que el UFC pagó a los luchadores durante el período cubierto por la demanda, lo que representa un 40% de los daños estimados. Este resultado es considerado por los abogados de los luchadores como «uno de los mejores casos de monopolización laboral en la historia de las demandas colectivas».
¿QUÉ SIGNIFICA PARA LOS LUCHADORES?
Los pagos a los luchadores se calcularán en función de su compensación durante el período de la demanda, más 14.000 dólares por cada pelea. Los montos varían, con algunos luchadores que recibirán más de 1 millón de dólares, mientras que otros recibirán más de 100.000 o 50.000 dólares, dependiendo de su historial de combates.
Sin embargo, los luchadores incluidos en la demanda de ‘Johnson’ aún pueden recibir más compensaciones y, lo que es más importante, obtener alivio judicial que podría cambiar los contratos y las prácticas comerciales del UFC.
EL CAMINO HACIA EL ACUERDO CON LA UFC
La demanda antimonopolio tomó casi una década en avanzar debido a diversos factores, incluida la pandemia y otros litigios que retrasaron el fallo del juez Boulware. A pesar de los obstáculos, el caso ‘Le’ logró sobrevivir a la moción de desestimación y obtener la certificación de clase, lo que lo convierte en un caso histórico en la jurisprudencia antimonopolio laboral.
El UFC optó por el acuerdo para evitar los riesgos de un juicio con jurado, donde la empresa podría haber enfrentado daños aún mayores. El acuerdo alcanzado evita la incertidumbre de una apelación prolongada que podría haber dejado a los luchadores sin compensación durante varios años más.
¿CAMBIARÁN LAS PRÁCTICAS COMERCIALES DE UFC?
Aunque el acuerdo de 375 millones de dólares es un hito importante, no garantiza cambios inmediatos en las prácticas comerciales de la UFC. Cualquier reforma contractual o ajuste en su modelo de negocio dependerá del resultado de la demanda ‘Johnson’, que sigue en una fase temprana de descubrimiento.