En los Juegos Olímpicos de Roma 1960, Peter Bos y Kraft Schepke se enfrentaron como rivales en la competición de remo. Sin embargo, lo que comenzó como una intensa rivalidad deportiva entre dos hombres de países que habían sido enemigos en la Segunda Guerra Mundial, se transformó en una historia de amistad que trascendió décadas y que estos días recuerda Olympics.com de manera destacada. Esta es la historia de cómo un simple gesto, un jersey de competición, unió a dos atletas y marcó el inicio de una relación que simboliza los valores olímpicos.

Peter Bos creció en Estados Unidos escuchando en la radio los ecos de la Segunda Guerra Mundial. Para él, como para muchos niños de su generación, Alemania era el enemigo. Al otro lado del Atlántico, Kraft Schepke, cuatro años mayor que Bos, vivía una realidad muy distinta: las bombas caían cerca de su hogar en Alemania, y para él, los enemigos eran los Aliados, incluidos los estadounidenses.

Tras el fin de la guerra, ambos jóvenes encontraron en el remo una vía de escape y una pasión que los llevaría a competir en el escenario más grande del deporte: los Juegos Olímpicos. Bos comenzó a remar en la Academia Naval de los Estados Unidos, mientras que Schepke descubrió el deporte en un bote abandonado cerca de un río en Alemania. En 1960, sus caminos se cruzaron en Roma.

Foto de Peter Bos concedida a Olympics.com

Rivalidad en el agua y un gesto inesperado

En la final de remo masculino en la categoría de ocho con timonel, el equipo alemán, liderado por Schepke, rompió la racha de victorias de Estados Unidos, que había ganado el oro en esa disciplina desde 1920. Alemania se llevó el oro, mientras que el equipo de Bos terminó en quinto lugar. La derrota fue un golpe duro para los estadounidenses, pero lo que ocurrió después de la carrera marcó el inicio de algo inesperado.

Schepke se acercó a Bos y le ofreció su jersey de competición como gesto de respeto. Bos, sorprendido y conmovido, le entregó a Schepke su camiseta de entrenamiento en señal de gratitud. “Fue un gesto que significó mucho para mí”, recordó Bos años después. Ese intercambio de camisetas simbolizó el fin de una era de dominio estadounidense en el remo y el inicio de una conexión entre dos hombres que, en otro tiempo, habrían sido enemigos.

Una amistad que renació décadas después

Tras los Juegos de Roma, Bos y Schepke siguieron caminos separados. Bos sirvió en submarinos de la Marina de los Estados Unidos antes de dedicarse al sector empresarial, mientras que Schepke trabajó en el gobierno y promovió el deporte en Alemania. Durante años, ambos recordaron con cariño su experiencia olímpica, pero no volvieron a tener contacto hasta 2013, cuando Bos decidió devolverle a Schepke el jersey que había recibido en Roma.

Bos localizó a Schepke a través de un correo electrónico. “¿Eres el Kraft Schepke que remó por Alemania en los Juegos de 1960?”, preguntó. La respuesta afirmativa de Schepke marcó el inicio de una nueva etapa en su relación. Poco después, Schepke recibió el jersey por correo, un gesto que emocionó profundamente al alemán y a su familia.

De rivales a compañeros de equipo

El reencuentro entre Bos y Schepke no solo fortaleció su amistad, sino que también los llevó a remar juntos. En 2018, formaron un equipo para competir en la Regata Mundial de Remo Masters en Sarasota, Florida. Junto a otros dos remeros, representaron a sus países con un uniforme que llevaba las banderas de Alemania, Estados Unidos y Noruega, y el lema “amigos del remo mundial”.

En esta ocasión, Bos y Schepke no eran rivales, sino compañeros de equipo. Con un esfuerzo conjunto, ganaron la carrera en su categoría, demostrando que la amistad y el trabajo en equipo pueden superar cualquier barrera. Hoy en día, su ejemplo está más de actualidad que nunca con los conflictos geopolíticos existentes. Ojalá su ejemplo sirva -como ya hizo la Villa Olímpica de París 2024- para concienciar a gobernantes de que el deseo de paz y de convivencia está presente en la población de cada bando de un conflicto.