En 2023, el Comité Olímpico Internacional (COI) tomó una decisión que sacudió el mundo del boxeo: la exclusión de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) de los Juegos Olímpicos. Este movimiento audaz fue una respuesta clara a las crecientes preocupaciones sobre la integridad del deporte y la necesidad de proteger los derechos de los boxeadores, asegurando que no se les niegue la oportunidad de competir en el escenario más prestigioso del mundo. Al intervenir para organizar los eventos de boxeo en los Juegos de París, el COI dio un paso encomiable para preservar la integridad del deporte. Sin embargo, las controversias que siguieron —desde un arbitraje cuestionable hasta problemas más amplios en las competiciones— subrayaron la necesidad urgente de una nueva federación cohesionada y robusta que supervise el boxeo amateur tanto a nivel olímpico como continental.
La creación de un nuevo organismo rector no es solo deseable, es esencial. Pero esta nueva entidad debe ser fundamentalmente diferente de la IBA. Para servir verdaderamente al deporte, la federación debe estar libre de las políticas del pasado y comprometida con una visión de futuro para el boxeo. No obstante, la formación de World Boxing (WB), una organización paralela impulsada por individuos que fueron destituidos de la IBA, genera serias preocupaciones. Aunque WB aspira a reemplazar a la IBA en los Juegos Olímpicos, parece poco probable que aborde los problemas sistémicos más profundos que han plagado al boxeo durante años. En cambio, existe un riesgo real de que WB se convierta simplemente en una versión renombrada de su predecesor, sin implementar las reformas necesarias que el deporte necesita con tanta urgencia.
TANTO LA IBA COMO WB SON DOS CARAS DE LA MISMA
La actual tensión y fricción en el mundo del boxeo no pueden ser desestimadas con un optimismo superficial o idealismo mal enfocado. Tanto la IBA como WB son como dos caras de la misma moneda, cada una compitiendo ferozmente por la legitimidad del Comité Olímpico Internacional. En su búsqueda de reconocimiento, ninguna organización ha dudado en emplear tácticas cuestionables y, en ocasiones, poco éticas. Un ejemplo flagrante de esto es el uso por parte de WB del nombre «World Boxing», una marca registrada que en realidad pertenece a la IBA. Este desprecio flagrante por los derechos de propiedad intelectual dice mucho sobre hasta dónde están dispuestas a llegar estas organizaciones para asegurar sus posiciones.
Navegando estas aguas turbulentas está el presidente del COI, Thomas Bach, quien ha enfrentado desafíos significativos en la preparación de los Juegos de Verano de París. Bach ha trabajado incansablemente para garantizar la comodidad y seguridad de los atletas en un entorno cada vez más incierto. Su reciente anuncio de que el boxeo seguirá siendo parte de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles fue recibido con alivio generalizado, ofreciendo un rayo de esperanza para el futuro del deporte. Sin embargo, Bach también enfatizó la importancia de la unidad y la cohesión dentro del deporte, cualidades esenciales para su salud y éxito a largo plazo.
Con el foco ahora sobre World Boxing, surge una pregunta crucial: se puede confiar en esta nueva organización para liderar cuando su liderazgo ha estado profundamente involucrado en los mismos problemas que ahora afirma querer resolver? La formación de WB, compuesta en gran medida por individuos que fueron parte integral de la administración anterior de la IBA, sugiere que podría tener dificultades para ofrecer la perspectiva fresca y el borrón y cuenta nueva que el boxeo necesita desesperadamente. Además, el atractivo de WB parece limitado, particularmente fuera de Europa, y aún no se ha establecido como un verdadero líder global en el boxeo.
QUIENES TIENEN UN INTERES GENUINO EN EL DEPORTE DEFINIRAN EL FUTURO DEL BOXEO
Para que el boxeo prospere, la unidad y el crecimiento futuro deben cultivarse desde dentro del propio deporte. Todavía existen lazos fuertes entre quienes están genuinamente comprometidos con revitalizar el boxeo, pero muchas de las personas que actualmente proponen soluciones parecen carecer de una comprensión profunda del camino complejo y desafiante que se avecina. Cómo se puede confiar el futuro del boxeo a quienes fueron parte del problema en primer lugar?
El futuro del boxeo depende de un liderazgo libre de controversias pasadas y genuinamente dedicado a la salud y el éxito a largo plazo del deporte. World Boxing, tal como está, debe enfrentar su propia historia y el papel que sus líderes han jugado en las luchas del boxeo. Solo al hacerlo podrá ofrecer el tipo de liderazgo que el deporte necesita con urgencia.
A medida que el boxeo mira hacia los Juegos Olímpicos de Los Ángeles y más allá, la necesidad de un organismo rector que sea tanto capaz como creíble nunca ha sido más apremiante. El futuro del deporte depende de ello