La edición de este año de Wimbledon ha comenzado con una ausencia histórica: por primera vez en 147 años, el torneo no cuenta con jueces de línea en las pistas. El ‘avance’ tecnológico ha llevado a la implantación de un sistema de cámaras e inteligencia artificial, alineándose el campeonato londinense con otros grandes torneos como el Abierto de Australia y el US Open, así como con el circuito ATP. Roland Garros, por el momento, sí mantiene a sus jueces de línea.
El nuevo sistema, desarrollado por Hawk-Eye, utiliza inteligencia artificial para analizar imágenes captadas por hasta 18 cámaras, determinando en décimas de segundo si una bola ha salido o no. En Wimbledon, las decisiones se anuncian con grabaciones de voces del personal del All England Club, aportando un toque local a la experiencia. Aunque ya nunca será lo mismo de antes.
Curiosas reacciones de Alcaraz y Fognini
La transición no ha pasado desapercibida para los jugadores ni para los aficionados. Carlos Alcaraz y Fabio Fognini protagonizaron una escena curiosa al intentar cuestionar una decisión del sistema, sin saber que la opción de pedir revisión ya no existe. En el cuadro femenino, Yuan Yue expresó que la voz del sistema era demasiado baja y pidió al árbitro que la subiera, aunque no fue posible.
El sistema electrónico ha introducido una nueva dinámica en el torneo. En la pista 18, por ejemplo, la voz que anuncia “fault” es la de un recogepelotas, mientras que los “out” se comunican con voces adultas, tanto masculinas como femeninas. Esta variedad ha generado situaciones curiosas y cierta confusión entre los jugadores, especialmente cuando el sonido se mezcla entre partidos cercanos. Sonay Kartal, tras su victoria ante Jelena Ostapenko, reconoció que en momentos de mucho ruido del público, estos sonidos podían pasar desapercibidos.
Sally Bolton, directora ejecutiva del All England Club, explicó que la decisión responde a la «necesidad de evolucionar el torneo y garantizar la máxima precisión en las decisiones». Bolton subrayó que «no se trata de una medida para ahorrar costes, ya que la inversión en tecnología ha sido considerable. Además, unos 80 antiguos jueces de línea han asumido nuevos roles como asistentes de partido, colaborando con los jueces de silla».
Entre los espectadores, las opiniones han sido variadas. Algunos agradecen la precisión y la continuidad de las animaciones en las jugadas ajustadas, ahora denominadas “close calls”. Otros, sin embargo, echan de menos la presencia de los jueces de línea y el componente humano que aportaban al ambiente del torneo.