Este lunes debía haber salido elegido Pedro Rocha como presidente de la RFEF, pero el proceso se ha aplazado por el lío que hay ahora mismo en el fútbol español con el ‘caso Brody’ y la imputación la semana pasada de Rocha, quien había sustituido al expresidente -también imputado- Luis Rubiales. Todo este jaleo no parece que vaya a tener un final a corto plazo, ni de satisfacer a la inmensa mayoría. Las federaciones territoriales, las que votan y deciden quién será su nuevo presidente, desean a alguien que continúe la labor realizada durante los últimos años (al margen de la imagen y limpiar si hay casos de corrupción) y por ello habían elegido a Rocha; mientras la sociedad -incluido el Gobierno- exige un cambio radical (la imagen y el posible caso de corrupción preocupa más que el trabajo hecho durante los últimos años).
La justicia dictará sentencia en el tema de la corrupción, mientras tanto, las federaciones territoriales, las que votan al presidente, están en general contentas con el resultado de estos últimos años. El presupuesto para éstas se ha multiplicado por tres o por cuatro -según el caso-, se han saneado las arcas de todas las federaciones autonómicas, se han adquirido buena parte de instalaciones que estaban arrendadas y se ha salvado con nota una pandemia en la que podían haber desaparecido innumerables clubes de fútbol aficionado de diferentes puntos de la geografía española. Ahora la RFEF ingresa unos 440 millones de euros, por los 120 de hace cinco años, y buena parte de ese dinero se invierte en el fútbol no profesional, pilar del profesional. Se ha revitalizado un trofeo como es el de la Copa del Rey, también la Copa Federación, la Supercopa de España (más allá de la moral de este modelo) se está tratando de impulsar el fútbol sala, fútbol playa…
Además, sobre el césped, la Selección española absoluta femenina es la actual Campeona del Mundo y la masculina la actual campeona de la Nations League. Y en categorías inferiores, el pasado verano la RFEF logró un pleno en la clasificación a los respectivos Campeonatos de Europa de todas sus selecciones tanto en categoría masculina como en femenina. Llama la atención especialmente el dominio femenino: España es la actual campeona del mundo sub-20 (en dos ocasiones), campeona del mundo sub-17, campeona de Europa sub-19 y subcampeona de Europa sub-17.
EL INTENTO DE UN PERIODISTA ESPAÑOL
Contra estos números y argumentos pelea la calle y quien, desde fuera, deseaba presentarse a las elecciones de la RFEF este año. Sólo un famoso periodista español, Carlos Herrera, trató de hacer frente a Pedro Rocha, el único candidato que finalmente logró reunir los avales suficientes como para presentarse. El periodista, al final, no contó con el apoyo de quien votaba. La calle y el Gobierno, mientras, observaba con incredulidad cómo Rocha -mano derecha del investigado Luis Rubiales- iba a ser presidente por los cuatro siguientes años… hasta que el viernes pasado la justicia también le imputó y todo ha quedado paralizado.
La imagen está dañada, aunque el fútbol español (el que vota) desea en general que se continúe por la línea llevada hasta ahora… pero sin que ningún escándalo salpique más al escudo de un organismo que desde este verano está dañado (beso a Jenni Hermoso).
Veremos cómo termina el juicio, el último de este tipo que afectaba al fútbol español por supuesta corrupción fue la Operación Oikos, que recientemente ha sido archivada sin ningún detenido y con varios futbolistas manchados sin necesidad, como Borja Fernández (ex de Real Madrid, Getafe, Mallorca, Deportivo de La Coruña o Valladolid, entre otros). El expresidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, también estuvo en la cárcel casi dos años y salió absuelto finalmente…
El fútbol español espera, paciente, a ver cómo termina este caso en la antesala de la Eurocopa masculina y de los JJOO. Mientras, la calle, a otro ritmo, también opina y dispara con tertulianos, prensa y conversaciones de bar. La Justicia mira, escucha e investiga. FIFA y su Mundial de 2030, también espera.