El fútbol femenino en Inglaterra sigue innovando para ofrecer una experiencia única a sus aficionados. Este mes, cuatro clubes del Campeonato Femenino—Birmingham City, Bristol City, Newcastle United y Southampton—implementarán una prueba piloto que permitirá a los espectadores consumir alcohol en las gradas durante los partidos de liga. Este ensayo, que se extenderá hasta el final de la temporada, marca un cambio significativo en las normas tradicionales, en un esfuerzo por hacer más atractiva la asistencia a los encuentros femeninos.
La iniciativa llega en un contexto donde el fútbol femenino busca ampliar su base de seguidores y consolidar su identidad. A diferencia de las principales ligas masculinas en Inglaterra, que están sujetas a la Ley de Eventos Deportivos de 1985, el fútbol femenino no está restringido por dicha normativa, permitiendo mayor flexibilidad en este tipo de experimentos. Si el ensayo es exitoso, la medida podría extenderse a la Superliga Femenina y al resto del Campeonato Femenino.
SEGURIDAD Y EXPERIENCIA DE LOS AFICIONADOS
Los cuatro clubes seleccionados para esta prueba fueron escogidos considerando factores geográficos y logísticos. Dos de ellos, Bristol City y Newcastle United, comparten estadios con equipos de rugby (Bristol Bears y Newcastle Falcons, respectivamente), donde el consumo de alcohol en las gradas ya es una práctica habitual. En contraste, los otros dos clubes no tienen esta tradición, lo que permitirá comparar diferentes escenarios y obtener datos más completos.
La iniciativa refleja el interés de la liga en mejorar la experiencia de los aficionados, partiendo de la idea de que el perfil demográfico de quienes asisten a partidos femeninos podría permitir un consumo de alcohol más controlado y seguro. De hecho, según datos del gobierno británico, no se registraron arrestos relacionados con partidos femeninos en la temporada 2023-24, lo que refuerza la percepción de un entorno más amigable. Este ensayo, gestionado por Women’s Professional Leagues Limited (WPLL), podría ser el primer paso hacia un cambio significativo en la forma en que se vive el fútbol femenino en Inglaterra.