Hablar de Brett Favre es referirse a una de las figuras más icónicas de la NFL. Este mariscal de campo, apodado el ‘General’ por su liderazgo en los emparrillados, dejó una huella imborrable en la historia del fútbol americano a pesar de enfrentar constantes lesiones a lo largo de su carrera. Nacido en Gulfport, Misisipi, Favre asistió a la Universidad de Southern Mississippi antes de ser elegido en la segunda ronda del draft de 1991 por los Atlanta Falcons. Sin embargo, su estancia en Atlanta fue breve y poco memorable, jugando solo dos partidos y lanzando su primer pase para una intercepción, lo que derivó en un intercambio que cambiaría su destino.
Ese intercambio, que lo llevó a los Green Bay Packers, fue el punto de inflexión que Favre necesitaba. Aunque los Falcons lo dejaron ir, los Packers encontraron en él un líder capaz de transformar a un equipo que había tenido una temporada mediocre (4-12). Durante sus 16 años en Green Bay, Favre se consolidó como una leyenda, conduciendo a los Packers al Super Bowl en 1997, donde consiguieron la victoria y coronaron su temporada con el título más preciado. Ese fue solo uno de los muchos logros de su carrera.
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Favre no solo llevó a su equipo al Super Bowl, sino que también se convirtió en el primer jugador de la NFL en ganar el premio al Jugador Más Valioso (MVP) tres veces de manera consecutiva, en 1995, 1996 y 1997. Además, alcanzó otro Super Bowl, aunque en esta ocasión no pudo repetir la hazaña. Su estilo de juego arriesgado, su habilidad para improvisar bajo presión y su resistencia física lo convirtieron en un ídolo de los fanáticos, y en un verdadero emblema de los Packers.
Sin embargo, las lesiones siempre fueron parte de la historia de Favre. Tras su salida de Green Bay en 2007, anunció su primer retiro, pero pronto regresó al campo, esta vez con los New York Jets en 2008. Aunque la temporada comenzó bien, una racha negativa en los últimos partidos los dejó fuera de la postemporada y llevó a Favre a anunciar su segundo retiro. Pero, como era habitual en él, no fue definitivo. En 2009 regresó una vez más, esta vez con los Minnesota Vikings, equipo con el que alcanzó los playoffs, aunque no logró el campeonato.
A lo largo de su carrera, Favre estableció numerosos récords, incluyendo una increíble racha de 297 partidos consecutivos como titular, y terminó con más de 71,000 yardas por pase, 508 touchdowns y 336 intercepciones. Su capacidad para sobreponerse a las adversidades, incluidas las lesiones y críticas, lo llevaron a ser un verdadero símbolo de resistencia.
En 2011, tras múltiples retiros y un evidente desgaste físico, Favre decidió dejar el deporte de manera definitiva. Fue incluido en el Salón de la Fama del Fútbol Americano en 2016, un reconocimiento más que merecido para uno de los jugadores más destacados de la historia.
Desafortunadamente, en septiembre de 2024, Favre reveló que había sido diagnosticado con la enfermedad de parkinson, una noticia que conmovió al mundo deportivo. Durante una audiencia ante el Congreso, el ex mariscal de campo compartió cómo su lucha personal con esta enfermedad lo conectó aún más con la causa de la investigación médica, especialmente en relación con las conmociones cerebrales, un problema que afectó a muchos jugadores de fútbol americano. Aunque su legado en el campo es innegable, Favre ahora enfrenta un nuevo desafío, esta vez fuera del emparrillado.
Favre siempre será recordado por su pasión, determinación y por su capacidad de superar las adversidades tanto dentro como fuera del campo. A pesar de las lesiones, los retiros y ahora su diagnóstico de parkinson, Brett Favre sigue siendo un verdadero ‘General´.