La piratería en el fútbol ha alcanzado niveles alarmantes, comprometiendo no solo los ingresos de las ligas y emisoras, sino también el futuro del deporte como motor económico y social. Este jueves, la Autoridad Reguladora de la Comunicación Audiovisual y Digital (ARCOM) ha presentado un estudio en Francia en colaboración con la Ligue de Football Professionnel (LFP) que ha evidenciado la magnitud del problema en la Ligue 1, donde un 37% de los espectadores consume partidos de manera ilegal, aumentando a partidos como el del Olympique de Marsella frente al PSG hasta un 55%. Este caso, es extrapolable a otras ligas
Benjamin Morel, director general saliente de LFP Média, ha sido contundente al describir la situación: «Nos enfrentamos a un fenómeno de una magnitud sin precedentes. La piratería es un robo y, les recuerdo, ilegal«. Sus palabras subrayan la gravedad de un problema que no distingue fronteras y afecta a todas las competiciones deportivas.
UN FENÓMENO GLOBAL QUE AMENAZA A TODAS LAS LIGAS
La Ligue 1 no está sola en esta batalla. En España, Javier Tebas, presidente de LaLiga, ha denunciado repetidamente los efectos devastadores de la piratería en el fútbol nacional. Tebas ha señalado que «la piratería no solo daña a los clubes, sino también a los jugadores, patrocinadores y a los aficionados que valoran el deporte». Según estimaciones de LaLiga, el impacto económico de la piratería en España supera los 400 millones de euros anuales, una cifra que pone en peligro la sostenibilidad del modelo deportivo de la segunda competición de fútbol que más ingresos tiene sólo por detrás de la Premier League.
Esta realidad global demuestra que, aunque las plataformas de streaming como DAZN o beIN Sports están haciendo esfuerzos significativos por ofrecer contenido accesible, el consumo ilegal continúa creciendo, alimentado por tecnologías como IPTV y redes sociales cifradas como Telegram.
¿PROBLEMA DE EDUCACIÓN O DE CONCIENCIA LEGAL?
Uno de los aspectos más preocupantes revelados por el estudio de ARCOM es que el 59% de los espectadores piratas creen estar actuando de manera legal. Esto refleja una desconexión significativa entre las normas legales y la percepción pública, lo que dificulta aún más los esfuerzos por combatir este fenómeno.
Tebas ha insistido en la importancia de educar a los aficionados sobre el daño que la piratería causa al deporte. “La piratería es una falta de respeto hacia quienes trabajan en el fútbol, desde los jugadores hasta los operarios de los estadios. Si queremos un deporte fuerte, necesitamos eliminar esta lacra”, afirmó recientemente.
IMPACTO EN EL FUTURO DEL FÚTBOL
El impacto más inmediato de la piratería se refleja en la pérdida de valor de los derechos de transmisión, que son la principal fuente de ingresos para muchas ligas. En la Ligue 1, el 55% de los espectadores del Olympique Marsella y PSG lo vieron de manera ilegal, a pesar de los esfuerzos por bloquear nombres de dominio piratas antes del partido.
Combatir la piratería requiere un enfoque multifacético que combine tecnología avanzada, legislación robusta y campañas de concienciación. Morel y Tebas coinciden en que la colaboración internacional será clave para frenar el crecimiento de este problema. Las recientes operaciones de ARCOM, aunque efectivas en bloquear dominios ilegales, son solo una parte de la solución.
PRECIOS COMPETITIVOS Y ACCESO SENCILLO
Además, las plataformas legales deben trabajar en mejorar la experiencia del usuario, asegurándose de que los precios sean competitivos y el acceso sea sencillo. No se trata de justificar la piratería, sino de minimizar las razones que los consumidores puedan tener para optar por vías ilegales.
En última instancia, la piratería no es solo un problema económico, sino una amenaza para los valores del deporte. Los aficionados que eligen consumir contenido ilegal ponen en peligro el modelo que sostiene la competitividad y el espectáculo en las ligas.