El Manchester United está evaluando medidas significativas para reducir costos bajo la dirección de Sir Jim Ratcliffe, copropietario del club. Entre las acciones más recientes, se encuentra la posible rescisión anticipada del contrato de arrendamiento de sus oficinas en Kensington, Londres. Este espacio, de 23,000 pies cuadrados, fue inaugurado hace menos de dos años, pero ahora se considera demasiado grande y costoso. Ratcliffe ha impulsado un cambio hacia una mayor centralización en Manchester, trasladando al personal a las instalaciones de Old Trafford y Carrington. Esta decisión forma parte de un plan de transformación más amplio que también incluye despidos y ajustes presupuestarios.
El enfoque de Ratcliffe no solo busca optimizar las operaciones del club, sino también mitigar las pérdidas financieras acumuladas en los últimos años. La estrategia incluye renegociaciones similares en otras áreas, como la reducción de gastos en patrocinios deportivos y cambios en beneficios para el personal. Aunque el United mantendrá una presencia en Londres, se espera que esta sea en una ubicación más pequeña y económica. Estas decisiones reflejan un intento por equilibrar las finanzas del club mientras se redirigen recursos hacia el equipo principal y su rendimiento deportivo.
UNA ESTRATEGIA POLÉMICA
La reestructuración liderada por Ratcliffe ha generado tanto controversia como resultados mixtos. Desde su inversión inicial en el club hace 15 meses, el empresario ha implementado recortes significativos que incluyen la eliminación de almuerzos gratuitos para empleados y el cierre del comedor del personal en Old Trafford. Además, se han anunciado entre 150 y 200 despidos adicionales como parte del plan de transformación. Estas medidas han sido criticadas por afectar principalmente a los empleados con salarios más bajos, mientras que el gasto en fichajes y salarios de jugadores se mantiene elevado.
A pesar de las críticas, Ratcliffe sigue enfocado en hacer al Manchester United más eficiente financieramente y competitivo a largo plazo. El traslado anticipado desde Kensington requerirá negociaciones para romper un contrato firmado por 10 años antes de su llegada al club. Este tipo de decisiones no solo buscan reducir costos inmediatos, sino también establecer una base más sostenible para el futuro del equipo tanto dentro como fuera del campo.