En el Día Mundial de la Salud Mental, el Comité Olímpico Internacional -COI- ha querido subrayar el papel de los propios atletas como impulsores del cambio cultural en torno al bienestar psicológico en el deporte. Bajo el marco del programa de Embajadores de Salud Mental, diez deportistas olímpicos de distintas disciplinas y regiones comparten sus experiencias personales para normalizar el diálogo y fomentar entornos de apoyo dentro y fuera de la competición.
Desde el tirador indio Abhinav Bindra hasta la nadadora de Hong Kong Camille Cheng, el grupo representa la diversidad del Movimiento Olímpico y un mensaje común: hablar de salud mental no es una debilidad, sino una muestra de fortaleza colectiva.
Experiencias personales que inspiran a toda una generación
El velocista sudafricano Akani Simbine reconoció que su implicación parte de vivencias propias: “Muchos atletas atraviesan problemas de salud mental, pero no quieren hablar de ello o no saben a quién acudir”. En su caso, explica que aprendió el valor de compartir. “Yo mismo pasé por una etapa difícil. Por fuera parecía estar bien, pero por dentro sufría mucho. Si mi historia puede dar confianza a otros deportistas, merecerá la pena contarlo”.
El brasileño Bruno Fratus entiende su papel como una forma de devolver lo aprendido: “Siento que es una oportunidad para usar toda la información que he recogido. Todos pasamos por momentos complicados y los embajadores estaremos aquí para escuchar. Cuidémonos entre todos”. Por su parte, Camille Cheng subraya la importancia del acceso a recursos adecuados: “En el deporte de élite hay altibajos, y está bien pedir ayuda. Existen muchas herramientas, y mi objetivo es facilitar que los atletas las conozcan y reciban el apoyo que necesitan”.
Gracie Gold, un testimonio que conecta con el público
La patinadora estadounidense Gracie Gold protagoniza un cortometraje difundido por el COI en el que recuerda cómo su hermana fue un pilar esencial durante su proceso de recuperación. “Si no fuera por Carly, no habría una Gracie. Ella simplemente estuvo ahí. No siempre es necesario decir lo correcto; a veces basta con acompañar”. Su testimonio se enmarca en la iniciativa Let’s Move +1, impulsada junto a la Organización Mundial de la Salud -OMS-, que promueve la actividad física como vía de conexión y apoyo emocional.
La campaña invita a que cada persona dé un paso hacia los demás: salir a caminar, entrenar o simplemente compartir tiempo con alguien que atraviesa una dificultad. Según el COI, moverse juntos no solo mejora la forma física, sino que también fortalece la mente y la empatía.
El COI impulsa una red global de apoyo psicológico
El compromiso con la salud mental no se limita a la sensibilización. En 2023, el COI lanzó su Plan de Acción en Salud Mental, una hoja de ruta con medidas concretas para integrar el bienestar psicológico en todo el ecosistema olímpico. Incluye programas de formación para entrenadores y oficiales, el curso Train the Trainers, y el acceso a recursos como la plataforma Athlete365, donde el espacio #MentallyFit ofrece contenidos y asistencia adaptados a las necesidades del deportista.
Durante los Juegos Olímpicos de París 2024, se implementaron medidas pioneras como el sistema de protección frente al ciberacoso, las zonas de calma Mind Zone en las Villas Olímpicas y una línea de ayuda confidencial disponible en más de 70 idiomas. Todo ello se enmarca en una estrategia que busca entornos más seguros y saludables, donde la salud mental se trate con la misma importancia que la preparación física.
El nadador papú Ryan Pini, la maratoniana marfileña Marie-Josée Ta Lou-Smith o la ciclista del Equipo Olímpico de Refugiados Masomah Ali Zada son también parte de una red que trasciende fronteras. Todos comparten la idea de que el bienestar mental es una responsabilidad colectiva. Como recuerda Camille Cheng, “ningún atleta debería sentirse solo; todos necesitamos apoyo para seguir creciendo dentro y fuera del deporte”.
