El máximo dirigente del olimpismo chileno está orgulloso del crecimiento y reconocimiento que existe tanto dentro de sus fronteras como a nivel internacional. Miguel Ángel Mujica Brain sabe que los pasados Juegos Panamericanos catapultaron a su institución a un lugar de privilegio y ahora aspira a un desarrollo integral del deporte de alto rendimiento en cada una de las regiones de Chile.
Para conocer más del COCH, SportsIn llegó a las oficinas del Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) en Santiago de Chile y tener un mano a mano con Mujica Brain, en un diálogo abierto y directo.
¿Cómo llegó a la presidencia del Comité Olímpico de Chile?
“Al asumir Neven Ilic la presidencia de Panam Sports nos obligó a convocar nuevas elecciones y fui elegido presidente para completar ese periodo de 2 años -con elecciones incluidas- para completar el periodo (2017 – 2020). Después vino la reelección para el ciclo olímpico 2020-2024, donde tuve el gran apoyo de las federaciones deportivas nacionales para continuar al frente del Comité Olímpico de Chile y este año corresponde elecciones.
Entonces…
Ya informé que había decidido repostular, independiente de que no estemos en época de elecciones porque nuestras energías están puestas en la participación del TEAM CHILE en los JJOO de París 2024 y de seguir cimentando el trabajo con los más jóvenes. De hecho, hace muy poco estuvimos compitiendo en los Juegos Bolivarianos de la Juventud en Sucre, Bolivia, donde obtuvimos un gran tercer lugar con 117 preseas en el cuadro medallero. Siento que vamos en el camino correcto, la base piramidal está en los atletas que mañana serán la generación de recambio del deporte chileno.
¿Qué logro destacaría de su etapa?
Sin lugar a dudas, lo que marca nuestra administración durante estos 4 años son los Juegos Panamericanos. Teníamos al frente un desafío de proyecciones insospechadas, pero también una responsabilidad de cumplir en tiempo y forma con lo solicitado por Panam Sports, quienes tienen altos estándares de organización y de puesta en escena de cada una de las competiciones.
No teníamos margen de error, a pesar de las críticas por la demora en la construcción de los recintos deportivos producto de la pandemia que nos azotó muy fuerte y nos tuvo en jaque como al mundo entero. A pesar de esa realidad y carga emocional, siempre tuve la convicción de que serían unos buenos juegos. Tenía la certeza del rendimiento superlativo de nuestros atletas con una cosecha en medallas que marcaron un hito al sumar un total de 79, pero el punto de inflexión lo marcó el público. Uno puede imaginar, proyectar, pero ni los más optimistas pudieron estimar la asistencia de fans que llegaron a todos los recintos deportivos. La conexión que hubo entre los atletas de Las Américas y los asistentes, sencillamente, fue de película.
Imagínate la repercusión que tuvo en otras latitudes, estuve en Corea del Sur participando con nuestro TEAM CHILE en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Invierno y en esos lugares recónditos comentaban de los exitosos Juegos Panamericanos Santiago 2023. No hubo lugar que no se conociera de estos juegos, valoraban realmente ver un coliseo lleno con 40.000 personas, pero además, con una lluvia que era un verdadero diluvio y no se movieron de sus asientos para ver el atletismo y el oro en la prueba de 400 metros de Martina Weil Restrepo.
El deporte tiene un punto de inflexión con la creación del Plan Olímpico. Más aún, hubo experiencias con la filosofía de varios países y, al final, resuelven que el deporte de alto rendimiento debe tener un sello propio, identidad y proyección a largo plazo. ¿Comparte esta definición?
Efectivamente el Plan olímpico produce un punto de inflexión en el deporte chileno. Estamos viendo los resultados, tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo. Sólo un ejemplo: para los Juegos Panamericanos Santiago 2023 teníamos una lista larga de 2.340 deportistas. Es decir, hay materia prima. El trabajo planificado, estructurado y de seguimiento otorga resultados porque, insisto, el alto rendimiento es de análisis. Tiene medición y se puede proyectar con márgenes de errores muy bajos.
Al final, en los Panam tuvimos 665 atletas en competición en prácticamente todos los deportes, lo que nos demuestra un universo interesante. Sin dejar a nadie abajo, damos la posibilidad que todos puedan llegar, independiente que existen algunos deportes -como el remo- que por su sola naturaleza pudieran verse como priorizados, pero es fruto de su trabajo sostenido en el tiempo y porque tenemos un Centro de Entrenamiento propio en Curauma.
También existen otras experiencias en este lado del continente como Colombia que va con tantos deportistas como nosotros, pero en menos deportes y, por lo tanto, ellos se han especializado en priorizar deportes específicos donde obtienen muy buenos resultados. Reitero, nosotros estamos muy contentos con el trabajo de todas las federaciones logrando resultados relevantes y que nos motiva a seguir en esta línea de planificación.
Usted señaló en su momento que los Juegos Panamericanos eran su piedra angular y, de paso, el mayor desafío como dirigente y amante del deporte olímpico chileno. No puedo dejar de preguntarle, ¿en qué momento toma la decisión de repostularse al Comité Olímpico de Chile para el nuevo periodo 2024-2028 y qué lo motiva?
Evidentemente, cumplir con los Juegos, llegar con los plazos, ser capaces de resolver los múltiples problemas que tuvo una organización de esta envergadura y magnitud y sacarla adelante con éxito no cabe dudas que te anima, te da aliento, pero si hay algo que me mueve y motiva para seguir son los deportistas con quienes tengo una relación muy especial. No solamente cuando ganan, sino también cuando pierden, ahí tienes que estar con ellos porque te necesitan y debes caminar junto a ellos.
Así que después de los Panamericanos Santiago 2023 decidí comunicar la decisión de presentarme nuevamente a las elecciones de fin de año. Ahora bien, quedan muchas cosas por hacer sobre todo cambiar cosas de mentalidades en la nueva gobernanza y relaciones con las autoridades máximas del deporte, pero también, viéndolo del punto de vista regional o de la descentralización territorial del deporte tenemos una deuda porque hemos concentrado el deporte como en muchas otras actividades en Santiago de Chile, por lo mismo, ser capaces de llevar unos Juegos Nacionales a regiones dándole el protagonismo que se merecen, es una señal inequívoca para expandir y más allá de lo que hacemos tradicionalmente.
No es por ser autorreferente, pero logramos finalmente que unos Juegos Nacionales de 6 deportes pasara a 14 deportes y espero que en el futuro próximo sean 28 y cada 2 años, incluso más, invitamos que fueran parte el Comité Paralímpico de Chile con los deportistas para nacionales.
Chile se está convirtiendo con el paso de los meses en un punto de encuentro fruto del Legado de los juegos. Sólo por citar: Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales (2027), Campeonato Mundial de Ciclismo (2025), Sudamericano de Básquetbol (2024), entre otros. ¿Sienten que comienzan a verse los primeros frutos de los juegos?
A mí me han pedido desde el gobierno y las propias federaciones ver la posibilidad de que aumentemos esa cantidad de eventos en los próximos años, seamos capaces de postular seriamente y traer campeonatos de nivel internacional para darle fuerza y competencia a nuestros atletas en casa. Si hay algo que nos complica en nuestra preparación para competir en las grandes ligas, es la distancia con las grandes potencias que están en Europa y otros continentes. Hoy podemos traerlos a competir, ya no nos podemos quejar de la infraestructura. Ahora tenemos que ver cómo organizamos de mejor forma y generar el financiación necesario para hacer de estos eventos una plataforma de gran propulsión Sudamericana o Panamericana.
¿Cómo nace este vínculo tan fuerte con el deporte, de dónde viene y, qué significa la familia para usted?
Yo estaba en el colegio cuando me invitaron a practicar un deporte en específico y que con el paso del tiempo se transformaría en mi deporte de toda la vida, me refiero al rugby, luego llegué como jugador al club Stade Francais y tuve una lesión que me impidió seguir compitiendo, pero tuve la diosa fortuna de tener un entrenador y juez quien me invitó a ser árbitro y me transformé en un juez internacional. Tuve el privilegio de arbitrar en Sudáfrica y en toda Sudamérica. Posteriormente, me invitaron del Club Deportivo Universidad Católica a ser parte de la rama de rugby y desde ahí fue escalando hasta llegar a la presidencia de la rama y luego tesorero de la Fundación CDUC.
En este recorrido dirigencial asumí como presidente de la Federación de Rugby de Chile y, a partir de 2004, acompañé a Neven Ilic en el Comité Olímpico de Chile, estuve como vicepresidente 13 años y ahora como presidente desde el 2017.
Me preguntas también por mi familia, te lo agradezco, porque si hay algo que tengo que agradecer a Dios y a la vida es tener a mi esposa Marisol, sin ella nada sería posible, es mi cable a tierra, siempre alentándome, motivándome, la tarea dirigencial cuando la asumes en propiedad demanda muchísimo tiempo y los hijos sufren esas consecuencias, afortunadamente. Tengo hijos maravillosos que nos han dado 14 nietos, ellos son una de las más poderosas razones para seguir motivado en mi trabajo diario como ingeniero dedicado a la construcción, como en mi rol de presidente del Comité Olímpico de Chile.
No quiero dejar pasar la oportunidad de reconocer en los dirigentes chilenos la labor que realizan a diario ad honorem, sin percibir un peso. Son personas que aman el deporte y desde su federación ayudan al desarrollo de la actividad, perdón, muchas veces criticados y denostados injustamente, pero con una convicción y compromiso con el deporte pocas veces visto.