Desde la victoria del velocista británico Allan Wells en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, ningún atleta blanco ha ocupado el podio en la carrera de 100 metros en los Juegos Olímpicos o en los Campeonatos Mundiales. En las cuatro décadas que siguieron, los atletas negros de América del Norte y el Caribe han dominado el deporte, ganando 24 de las 30 medallas olímpicas en los 100 metros masculinos. En 2021, Su Bingtian de China se convirtió en el primer atleta no negro en 40 años en alcanzar la final de este prestigioso evento. Este dominio sostenido ha suscitado una pregunta persistente: ¿por qué los atletas negros sobresalen en el sprint?
Usain Bolt, considerado el mejor velocista de todos los tiempos, ha reflexionado sobre esta cuestión, destacando las complejidades detrás de este fenómeno. ¿Está este dominio arraigado en diferencias genéticas, o se debe a factores históricos y culturales? La respuesta parece involucrar una interacción matizada de elementos históricos, sociales, culturales y fisiológicos que no pueden reducirse fácilmente a una sola explicación.
UN SISTEMA DE DESARROLLO DEPORTIVO
Las condiciones sociales y económicas en lugares como Jamaica, Estados Unidos y otras partes del Caribe han fomentado un entorno ideal para el desarrollo atlético. En estas regiones, los deportes—particularmente el atletismo—ofrecen a menudo un camino hacia el avance social y económico. En Jamaica, el sprint está profundamente arraigado en la cultura, con los niños expuestos a programas de entrenamiento organizados desde una edad temprana. En Estados Unidos, los atletas afroamericanos se benefician de programas deportivos de primer nivel, instalaciones y entrenadores, creando un entorno que nutre a los velocistas para prosperar.
En estas comunidades, sobresalir en el sprint puede abrir puertas a la fama, la fortuna y la movilidad ascendente. La motivación para tener éxito a menudo se basa en algo más que la ambición atlética; también se trata de la supervivencia económica y la esperanza de un futuro mejor. La combinación de oportunidad, motivación y talento ha contribuido sin duda al éxito de los atletas negros en los eventos de sprint.
¿QUÉ DICE LA CIENCIA?
Desde un punto de vista científico, los investigadores han explorado factores genéticos que podrían contribuir al dominio en el sprint de los atletas negros, particularmente aquellos de ascendencia africana occidental. Una de las áreas más estudiadas es la composición muscular, especialmente la prevalencia de las fibras musculares de contracción rápida. Estas fibras se contraen rápidamente y generan más potencia que las fibras de contracción lenta, lo que las hace particularmente útiles para actividades cortas y explosivas como el sprint.
Además, el gen ACTN3 -conocido coloquialmente como el ‘gen de la velocidad‘- se ha vinculado a un rendimiento muscular mejorado. Variantes específicas de este gen son más comunes entre los velocistas de élite y pueden darles una ventaja en eventos de corta distancia. Aunque este gen se encuentra en todas las poblaciones, sus variantes ventajosas son ligeramente más prevalentes entre las personas de ascendencia africana.
Sin embargo, la genética por sí sola no puede explicar el dominio en el sprint. Las fibras musculares de contracción rápida y el gen ACTN3 están presentes en atletas de todas las razas, y los velocistas exitosos provienen de diversos antecedentes. Además, confiar demasiado en explicaciones genéticas puede reducir los logros extraordinarios de estos atletas a un asunto biológico, perpetuando estereotipos raciales dañinos e ignorando el contexto social y cultural más amplio.
ESTRUCTURA CORPORAL Y LA FISIOLOGÍA
Algunos estudios sugieren que las personas de ascendencia africana occidental tienden a tener extremidades más largas en relación con sus torsos, con un centro de masa más alto. Esta estructura corporal puede proporcionar una ventaja biomecánica, permitiendo zancadas más largas y una mayor eficiencia en el sprint. También se han explorado factores fisiológicos como la utilización de oxígeno y el procesamiento de lactato, aunque estos son generalmente más relevantes para eventos de resistencia que para el sprint.
Aun así, aunque la estructura corporal puede ofrecer algunas ventajas, es importante recordar que el éxito en el sprint de élite depende de una combinación de factores: entrenamiento, talento, dedicación y oportunidad, no solo atributos físicos.
LA PERSPECTIVA MÁS AMPLIA
Aunque los factores genéticos y fisiológicos pueden contribuir a la destreza en el sprint, son solo una parte de una historia más amplia. Los factores culturales y sociales juegan un papel igualmente, si no más, significativo en el éxito atlético. Desde el acceso a recursos y entrenamiento de alta calidad hasta la motivación por la movilidad social, el éxito de los atletas negros en el sprint refleja una interacción compleja de oportunidad, trabajo duro y talento.
Además, la vasta diversidad genética dentro de las poblaciones de ascendencia africana hace que sea científicamente inexacto atribuir su éxito únicamente a la genética. Los atletas de África Oriental, por ejemplo, dominan las carreras de larga distancia pero no el sprint, lo que ilustra cómo la cultura local, los sistemas de entrenamiento y las condiciones socioeconómicas son tan importantes como los rasgos genéticos.
El dominio de los atletas negros en los 100 metros es el resultado de un conjunto multifacético de circunstancias. Si bien los factores genéticos y fisiológicos pueden desempeñar un papel, las influencias culturales, los contextos históricos y el acceso a programas de entrenamiento de élite son igualmente significativos. Reducir su éxito a un solo factor—ya sea genético o histórico—simplifica en exceso la compleja realidad detrás de estos logros extraordinarios.
En última instancia, el éxito de los atletas negros en el sprint, como cualquier logro atlético, refleja una combinación de trabajo duro, dedicación, apoyo social y cultural, y tal vez algunos factores genéticos que trabajan en armonía. Su dominio en el deporte es un testimonio del potencial humano, moldeado por una variedad de influencias que van mucho más allá de la biología sola.