La devastadora guerra iniciada por el ejército ruso contra Ucrania en febrero de 2022 no sólo ha infligido graves víctimas humanas y daños irreparables al pueblo ucraniano, sino que también ha tenido como blanco las infraestructuras deportivas de Ucrania. Según las estadísticas publicadas por el Comité Olímpico Nacional Ucraniano y la Oficina Nacional de Estadística, más de 450 atletas ucranianos de distintas edades y niveles han muerto a manos del ejército ruso. El último, una promesa del kárate ucraniano que tenía 10 años, Maksym Symaniuk, y que ya había despertado el interés de uno de los mejores clubes de Kiev y de la Federación Nacional Ucraniana de Karate.
Un desgarrador informe tras el bombardeo de Kiev el lunes 8 de julio por parte de la Federación Nacional Ucraniana de Kárate ha dejado a todo el mundo de luto. Maksym Symaniuk, la promesa de diez años que entrenaba en el Kyiv Karate Club, murió junto a su hermana de nueve años y la madre de ambos en el bombardeo ruso.
Volodymyr Boiev, entrenador de Maksym en el club de kárate de Kiev, declaró a SportsIn: «Maksym era un niño brillante. Tenía buen espíritu deportivo y era muy trabajador. Tenía ambiciones deportivas, que en su día me interesaron como entrenador. Pero, por desgracia, la vida de Maksym terminó muy pronto».
LA CONDENA DEL COI A LA INVASIÓN RUSA
A pesar de que el Comité Olímpico Internacional condenó la invasión rusa y bielorrusa de Ucrania y prohibió a ambos países participar en los Juegos Olímpicos, la Federación Mundial de Karate tardó en actuar de la misma manera. No fue hasta el 9 de marzo de 2022, tras las protestas de Jaanus Rahumägi, entonces presidente de la Federación de Karate de Estonia, y los repetidos llamamientos de la Federación Nacional de Karate de Ucrania, cuando la WKF prohibió a las Federaciones de Karate de Rusia y Bielorrusia participar en competiciones. Sin embargo, la declaración emitida por la WKF no condenaba la agresión militar de Rusia.
La agresión militar de Rusia ha sido ampliamente condenada por las principales federaciones deportivas internacionales, entre ellas la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) y el Comité Olímpico Internacional (COI). Ambas organizaciones han excluido a atletas rusos y bielorrusos de las competiciones. Las apelaciones de Rusia a las decisiones del COI y los posteriores recursos legales ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) han sido infructuosos. En última instancia, a los atletas rusos que no han participado en la guerra se les permite competir como neutrales en eventos mundiales y olímpicos.
Entre los atletas asesinados se encuentran figuras tan conocidas como Serhii Balanchuk, futbolista del Dinamo de Kiev que también jugaba en la liga de fútbol israelí; Serhii Pronvych, corredor de maratón; Victoria Kotlyarova, futbolista de 30 años asesinada al día siguiente de su boda y que jugaba en la liga de fútbol femenino; Fedir Yepifanov, esgrimista de 18 años; u Oleksandr Pielieshenko, levantador de pesas que terminó cuarto en Río 2016 y fue dos veces campeón de Europa.