Los Juegos Olímpicos no nacieron con una apertura incluida, siendo la edición de Londres 1908 la primera que incluyó un acto de inauguración con el típico desfile ceremonial de las delegaciones oficiales. En Amberes 1920, se instituyó oficialmente. Ahora, París 2024 ha puesto su foco en el Sena, su columna vertebral, para reemplazar las habituales ceremonias en el estadio olímpico. Hace 116 años, el estadio Shepperd’s Bush fue el primero construido expresamente para albergar una edición de los Juegos. Allí, con unos 70.000 espectadores, incluido el Rey Eduardo VII, se celebró el 13 de Julio de 1908 el primer desfile de las naciones participantes.
La prensa de la época reflejó un par de curiosidades: la negativa de los atletas de Irlanda y Finlandia a desfilar bajo la bandera Británica y Rusa, respectivamente; como la negativa del abanderado de los Estados Unidos a reverenciar al Rey. A partir de ese momento, esta instancia ha crecido hasta alcanzar personalidad propia, con un gran desarrollando técnico y aumento exponencial en los recursos invertidos. Desde el hombre del futuro volando en cielo de Los Ángeles en 1984 a la actuación de la reina Isabel II en Londres 2012, pasando por el éxtasis de fuegos artificiales de Beijing 2008, son solo algunos hitos que la ceremonia navegable de París quiere superar.
Las aguas del Sena, en la polémica por su nivel de contaminación, serán el escenario en que unos 10.500 deportistas, en igualdad entre hombres y mujeres por primera vez en el olimpismo, desfilarán a bordo de barcos ante cientos de miles de espectadores.
El colorido y masivo desfile comenzará en el puente de Austerlitz, nombre que rinde homenaje a la principal victoria de Napoleón, con dirección a la Île Saint-Louis, recordando al monarca que llegó a los altares. En las riberas del recorrido, las elegantes mansiones serán el marco principal del paso de los atletas con dirección al Oeste, rodeado también la Île de la Cité, el corazón fundacional del París antiguo. En este tramo siguiente, los ojos de los deportistas seguramente se volcarán a Notre-Dame y los tramos finales de la restauración tras el incendio de 2019, que amenazó con la destrucción total de la imponente estructura del gótica medieval. Luego, siguiendo el curso de las aguas del Sena, el desfile pasará bajo puentes icónicos, como el Pont Neuf, el más antiguo de París, y el Pont des Arts, tradicional conexión con el Louvre.
UNOS 1.000 MILLONES DE ESPECTADORES
De allí en más se tomarán el protagonismo de las cámaras -se calculan unos 1.000 millones de telespectadores- la plaza de la Concorde, Los Inválidos y el Grand Palais (escenario de la Exposición Universal de 1900). El desfile inaugural llegará, finalmente, y no podía ser de otra manera, hasta el puente de Jena, el punto más cercano al mayor símbolo parisino: la Torre Eiffel.
En un gesto inédito, la mayoría de las personas podrán disfrutar de la ceremonia de apertura en forma gratuita desde los muelles superiores del Sena. Para quienes quieran estar más cerca, en los muelles inferiores, sí que hará falta adquirir entradas. Para garantizar que todos los presentes puedan disfrutar del espectáculo, se instalarán aproximadamente 80 pantallas gigantes y sistemas de altavoces estratégicamente ubicados. Un recorrido que estará acompañado por innumerables Phryges, las mascotas inspiradas en los gorros frigios, símbolos de libertad en la Revolución Francesa.
PERÍMETRO ANTITERRORISTA
Es entendible la inquietud por la seguridad de atletas, espectadores y autoridades, cuyo peligro se acrecienta en una ceremonia al aire libre, en no pocos entendidos en la materia. La amenaza terrorista explícita ha hecho que el operativo de seguridad esté a la altura del desafío. Los 6 kilómetros de la ruta que recorrerán las 87 embarcaciones será un perímetro antiterrorista que estará cerrado desde el 18 de julio, obligando a un registro a quienes quieran ingresar al sector Entre los afectados también se encontrarán las personas que acuden a hoteles o restaurantes dentro de la zona. En los días previos habrá lugares específicos para cruzar el río para poder visitar el Louvre y otros museos.
Pero más allá de la preocupación y las medidas para minimizar los riesgos involucrados, esta ceremonia, si bien no inédita, marcará un antes y un después. Ya no estarán Eduardo VII ni Pierre de Coubertin, como en el primer desfile olímpico, sino que serán los presidentes de Francia y el COI, Emmanuel Macrón y Thomás Bach, los que encabezarán la ceremonia. Inauguración que dará cuenta de la más que centenaria distancia entre ambos hitos, en la noche más iluminada de la ‘Ciudad Luz’.