Donald Trump se enfrenta a una oportunidad única para marcar la diferencia en su segundo mandato al frente del gobierno de Estados Unidos. A lo largo de su carrera, ha sido un líder que ha utilizado el deporte para fortalecer su imagen y conectar con la ciudadanía, pero en esta etapa tiene la oportunidad de usar su influencia en eventos internacionales para proyectar una versión más inclusiva de Estados Unidos a escala mundial (no sólo nacional). A medida que se acerca el 2026, con el Mundial de Fútbol en sus manos, y con la organización de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, Trump tiene la posibilidad de alinear el deporte con un mensaje positivo que promueva la unidad y el respeto internacional, al tiempo que haga cambiar de idea a sus detractores por alguna declaración del pasado.
Para lograrlo, Trump simplemente debe considerar ligeros ajustes en su discurso y resaltar los valores del deporte como un vehículo para el entendimiento de toda la sociedad. El fútbol, en particular, ha demostrado ser una fuerza unificadora a nivel global, y Trump tiene la oportunidad de usar estos grandes eventos como una plataforma para crear un ambiente más inclusivo, alejándose de mensajes más polarizantes. La Copa del Mundo la organizará junto a Canadá y México, país con el que ha tenido desavenencias en el pasado. Este Mundial puede servirle para tener otro tono de unidad y compromiso con su país vecino.
CREAR UNA AMBIENTE DE UNIDAD A TRAVÉS DEL DEPORTE
Con el mencionado Mundial de Fútbol 2026 -además del Mundial de Clubes de FIFA 2025- y LA28, Estados Unidos representa una oportunidad dorada para ver a EEUU como un modelo de hospitalidad y respeto, lejos de uno con tensión política. Si bien las ciudades anfitrionas como Los Ángeles y Nueva York son conocidas por su diversidad y apertura -en estas elecciones Kamala Harris obtuvo una amplia mayoría con más del 60% de los votos en cada una de ellas-, Trump podría aprovechar para suavizar tensiones y mostrar que es un anfitrión acogedor para todos.
Una de las formas de lograr este cambio sería ajustar su enfoque hacia temas de diversidad e inclusión. Reconocer la importancia de crear un entorno seguro para todos los participantes, independientemente de su origen, género o creencias, podría mejorar la percepción global: debe tener un compromiso fuerte con los derechos humanos y el bienestar de las comunidades que participan en los Juegos, lo cual está en línea con la agenda internacional promovida por el Comité Olímpico Internacional (COI) y FIFA.
Trump podría incorporar más iniciativas hacia los grupos marginalizados dentro del marco de estos eventos. Esto no solo mejoraría la inclusión en el deporte, sino que también podría redefinir la narrativa que rodea su administración, presentándolo como un líder que promueve la justicia social en el ámbito deportivo.
APROVECHAR LA VISIBILIDAD PARA LOS INTERESES DE EEUU
Además de la imagen y reputación que está en juego, Trump tiene una gran oportunidad de utilizar los próximos grandes eventos deportivos para promover los intereses de EEUU en el ámbito global. Puede generar un enfoque positivo en la economía estadounidense, creando oportunidades para los negocios locales y para las industrias relacionadas con el turismo y la infraestructura. La construcción de estadios y la organización de eventos en varias ciudades crearán miles de empleos, lo cual podría ser un tema central en su discurso, alineándolo con su objetivo de revitalizar la economía nacional.
La relación entre política y deporte es compleja, pero con un enfoque adecuado, un gobernante puede utilizar los grandes eventos para crear un impacto positivo, tanto en el país como en el extranjero. Uno de los principales desafíos para Trump será adaptarse a un panorama internacional, que está evolucionando rápidamente. Las preocupaciones sobre el cambio climático y la sostenibilidad son cada vez más relevantes en los eventos deportivos globales, y aunque Trump ha sido crítico del cambio climático en el pasado, podría reconsiderar su postura al respecto, dado el creciente interés en la reducción de huella de carbono en los eventos deportivos internacionales, algo que persigue el COI como ha demostrado en un reciente estudio que ha realizado.
Aprovechar la oportunidad para liderar en cuestiones de sostenibilidad, como los esfuerzos de Los Ángeles para realizar unos Juegos Olímpicos sin coches, sería una forma de conectar con una audiencia más amplia y presentar un Trump más abierto a los cambios que el mundo está experimentando.
AUMENTAR LA CONFIANZA INTERNACIONAL EN EEUU
Trump también tiene la oportunidad de mejorar la confianza internacional en la capacidad de Estados Unidos para ser un líder en el deporte y en los valores globales. Al centrarse en el respeto a los derechos humanos, la igualdad y la inclusión, el presidente electo podría demostrar que los intereses de EEUU están alineados con los valores globales de respeto y unidad.
Los próximos grandes eventos deportivos ofrecen una plataforma sin precedentes para dejar una huella positiva en la historia, no solo como un presidente que promovió la economía de su país, sino como un líder que utilizó el deporte para reunir a personas de todo el mundo, mejorar la sociedad mundial y ser un modelo y referente para todo el planeta.
