La atleta keniana Faith Kipyegon no logró bajar de los cuatro minutos en la milla, una hazaña que habría marcado un nuevo capítulo en la historia del atletismo femenino. A pesar de que todo estaba preparado para el intento en el estadio Charléty de París, la triple campeona olímpica y cuádruple campeona mundial detuvo el cronómetro en 4:06.42, casi siete segundos por encima del objetivo.
Sin embargo, la jornada no fue del todo negativa. Kipyegon cumplió con un propósito aún más poderoso: enviar un mensaje de inspiración a mujeres y jóvenes de todo el mundo. “Esto ha sido para todas las jóvenes y mujeres, para demostrar que hay que creer en una misma”, escribió en sus redes sociales. Su valentía al intentarlo, pese a no alcanzar la marca, reafirma su compromiso con empoderar a las nuevas generaciones dentro y fuera de la pista.
Una meta más allá del tiempo
El intento se llevó a cabo en una pista que le trae grandes recuerdos: allí mismo, en París, Kipyegon consiguió anteriormente los récords mundiales en 1.500 y 5.000 metros. Aunque esta vez no pudo sumar otro hito a su carrera, dejó en claro que la ambición por superarse sigue intacta. «No se trata de si lo haré, sino de cuándo», aseguró, dejando abierta la puerta a nuevos desafíos en el futuro.
Kipyegon también quiso agradecer a todo su equipo, las liebres, Nike, los organizadores del evento y sus fanáticos en todo el mundo. Su intento, más allá del resultado, volvió a ponerla en el centro del escenario atlético global y reforzó su figura como modelo a seguir. En un deporte donde las marcas importan, su mensaje emocional demostró que también hay triunfos que no se miden con el reloj.