Esta es la única posición de los Juegos Olímpicos en la preservación de la dignidad humana
Farzad Youshanlou
mayo 7, 2024

Todos aquellos que siguen los acontecimientos políticos y sociales desde un aspecto humano y basándose en la Carta Internacional de los Derechos Humanos, ven los Juegos Olímpicos de París 2024 como una plataforma de rescate que puede atraer la atención de la opinión pública internacional sobre la necesidad de construir un mundo seguro y libre de cualquier tipo de violencia y odio. Parece, por tanto, que los entusiastas de las Olimpiadas esperan que los organizadores de estos eventos, en una época en la que los asaltos, el terror, la represión y las matanzas siguen cobrándose víctimas en algunas partes del mundo, no sólo protejan los Juegos de la presencia de quienes promueven el odio y la violencia, sino que también proporcionen las condiciones para que los atletas y entrenadores participen y compitan en un ambiente libre de cualquier discriminación, pero lleno de vigor y alegría.

Por otra parte, teniendo en cuenta las posturas claras y las reacciones adecuadas de Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, ante los incidentes inhumanos que se han producido al margen de los deportes durante estos años, podemos estar seguros de que el COI no tolerará a los infractores de la Carta Olímpica en estos Juegos.

REFUGIADOS EN LOS JUEGOS Y SUS LOGROS

Muchos atletas y entrenadores sufren segregación y discriminación de género en sus países de origen y, en muchos casos, se sienten frustrados por las represiones políticas y religiosas que imperan en sus países de origen y no tienen más remedio que buscar refugio en países seguros y democráticos.

Por primera vez en 2016, antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Río, once atletas refugiados tuvieron la oportunidad de participar en los Juegos de verano bajo la bandera olímpica, con la declaración oficial de Thomas Bach de que «los atletas refugiados son un tesoro para los Juegos Olímpicos y son bienvenidos a competir en ellos». Un logro que, además de reflejar la crisis de los refugiados, respaldaba su derecho a practicar deporte.

Posteriormente, y a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19, el número de atletas del equipo de refugiados aumentó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En esta ocasión, 29 atletas de 12 campos deportivos acudieron a Japón y participaron en las Olimpiadas. Ahora serán 36 los atletas refugiados que participarán.

LOS JUEGOS Y UN MUNDO MEJOR

La educación desempeña un papel importantísimo en la mejora del nivel de vida y el bienestar relativo de los deportistas. Ser conscientes de sus derechos humanos y sociales permitirá a los atletas mejorar sus logros deportivos con tranquilidad. Además, cuanto más se eduque a los atletas sobre la filosofía del olimpismo y las ciencias del deporte, más disminuirá el nivel de dopaje sistemático y corrupción administrativa que se han institucionalizado en algunas organizaciones deportivas. Esto significa que, al mejorar la calidad de la educación, aumentará el sentido de la responsabilidad de las personas en todos los niveles deportivos, lo que hará más eficaz el papel del deporte en el fortalecimiento de las instituciones civiles.

En este sentido, el papel de las comisiones de atletas365 y otras comisiones relacionadas con los asuntos de los atletas adquiere gran importancia, ya que es a partir de aquí cuando estas comisiones pueden responsabilizar a los Comités Olímpicos Nacionales de la observancia de los derechos individuales de los atletas y hacer hincapié en ello.

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