Kazajistán ya no se conforma con ser una promesa en el judo internacional. Gracias a una estrategia que combina inversión estatal, desarrollo de base y alianzas internacionales, el país se está posicionando como la potencia indiscutible del judo en Asia Central y un serio contendiente en el ámbito global.
El punto de inflexión llegó en 2023, cuando el Ministerio de Turismo y Deportes anunció una reforma profunda en la financiación de los deportes nacionales. El número de disciplinas apoyadas por el Estado pasó de 180 a solo unas 50, con el objetivo de concentrar los recursos en deportes olímpicos, paralímpicos y juegos tradicionales kazajos. El judo, debido a su prestigio global y su exitoso historial, siguió siendo una prioridad. Esta decisión refleja la visión del presidente Kassym-Jomart Tokayev de proyectar a Kazajistán como una nación deportiva dinámica con influencia internacional.
El gobierno ha respaldado esta visión con compromisos concretos. Kazajistán será sede de la serie IJF Grand Slam hasta 2026 y, en 2024, obtuvo el derecho de albergar el Campeonato Mundial de Judo en 2027, un acuerdo firmado por Marius Vizer, presidente de la Federación Internacional de Judo, y Yermek Marzhikpayev, ministro de Deportes de Kazajistán. Vizer elogió el compromiso del país y lo consideró un socio estratégico en la región.
La organización de eventos de alto nivel va más allá del prestigio. Atrae a atletas de élite, medios internacionales y expertos técnicos, lo que fortalece la infraestructura deportiva de Kazajistán y eleva su perfil global. Además, el desarrollo a largo plazo sigue siendo una prioridad. En Astaná se está construyendo una nueva Academia de la IJF que formará entrenadores, árbitros y educadores deportivos de toda Asia Central. Esta iniciativa, apoyada por la IJF, tiene como objetivo profesionalizar el deporte y elevar el nivel técnico de la región.

El presidente de Kazajistán, Kassym Tokayev, y el presidente de la IJF, Marius Vizer
Kazajistán y el ascenso del judo
El judo también se ha arraigado a nivel social. Desde 2019, el programa “Judo en las Escuelas” ha introducido este deporte a cientos de niños en todo el país. Al integrarlo en el sistema educativo, Kazajistán forma a futuros atletas y promueve valores como el respeto, la disciplina y la alfabetización física.
Los atletas de alto rendimiento reciben un apoyo sólido. Por ejemplo, Azamat Mukanov recibió 12,5 millones de tenge, aproximadamente 81.000 dólares, por su medalla de plata en el Campeonato Mundial de 2013. Con este tipo de incentivos y respaldo institucional, los judokas kazajos tienen condiciones óptimas para competir y entrenar a nivel internacional.
Aunque varios países vecinos cuentan con sólidas tradiciones en judo, una nación en particular está tomando la delantera gracias a su estabilidad política, fortaleza financiera y una estrecha colaboración con la Federación Internacional de Judo. El respaldo coordinado entre el liderazgo nacional y los organismos deportivos internacionales ha creado un entorno propicio para un crecimiento sostenido y el éxito a nivel mundial.
Si esta trayectoria se mantiene, Kazajistán no solo consolidará su liderazgo regional en el judo, sino que se convertirá en un modelo global de cómo la inversión focalizada y la planificación estratégica pueden transformar a una nación en una potencia deportiva de primer nivel.