World Rugby anunció la ampliación de 20 a 24 las selecciones que participarán en el Mundial de Rugby de Australia 2027, evento que tendrá una duración de casi dos meses. Esta apuesta por una competición larga en el tiempo camina en una dirección contraria a la de otros deportes de élite mundial, que buscan acortar los tiempos, hacerlos más dinámicos para el consumo rápido del espectador y, más aún, competir con otras ofertas de entretenimiento que superan nuestra propia imaginación.
El rugby -y el fútbol en particular- miran a su interior y toman decisiones relevantes que marcarán el devenir de sus deportes sustrayéndose de esta nueva realidad consumista. Asumen, legítimamente, que son actividades con una gran convocatoria y un mercado exponencial e infinito, por lo tanto, ese poderío les permite decidir sobre sus miembros plenos o asociados mostrándoles unilateralmente cual es el camino que les corresponde a ellos.
Cuando la FIFA determinó crecer de 32 a 48 cupos para el Mundial del 2026, las federaciones de fútbol aplaudieron a su presidente Gianni Infantino, porque según la FIFA “la clasificación para un Mundial es el elemento más poderoso para el desarrollo del fútbol en el país. Y por eso hemos decidido aumentar a 48 equipos, el 22 por ciento de los miembros de la FIFA, no es mucho”, señaló. La pregunta es: ¿un mundial marcará la ruta para el desarrollo futbolístico de un país?
Pienso en aquellas selecciones que recién están en vías de desarrollo, me imagino Brasil frente a Moldavia o Argentina, actuales campeones del mundo, enfrentando a Barbados. Insisto, el mundial no es una plataforma para iniciar el camino, sino debe ser la consecución de ese trabajo sostenido que lo catapultará a escalar y proyectarse en el tiempo. Sólo un dato para complementar esta editorial: FIFA recaudará con el Mundial del 2026 cerca de 6.000 millones de euros por diferentes conceptos, entre ellos, los derechos de televisión en el mundo. No hay otro evento en el planeta capaz de llegar a esta estratosférica suma que también se distribuye en parte a las 211 federaciones de futbol.
EL REPARTO DE PLAZAS DE WORLD RUGBY
Volvamos al rugby, el debate se abrió durante esta semana porque se conoció la decisión del Comité Ejecutivo de World Rugby por recomendación de la Oficina de Managent del organismo, un criterio de asignación de las 12 plazas a repartir para el torneo de Australia 2027, cuando suba de 20 a 24 selecciones, los mejores 12 del último mundial de Francia clasifican directo, entiéndase; Sudáfrica, Nueva Zelanda, Inglaterra, Argentina, Irlanda, Francia, Gales, Fiji, Escocia, Italia, Japón y Australia. Y, las 12 plazas o cupos restantes quedaron ordenado de la siguiente manera; 4 para Europa, 3 para la Pacific Nations Cup (Oceanía y América del Norte, sin contar Fiji y Japón, ya clasificados), 1 para Sudamérica, 1 para Asia, 1 para África, 1 para un playoff entre el segundo de Sudamérica y el cuarto de la Pacific Nations Cup, 1 para un repechaje final en el que participarán; Sudamérica 3, Europa 5, el perdedor del playoff americano y el ganador de un playoff entre Asia 2-Africa 2.
Bajo este ordenamiento de la World Rugby se alzaron las voces de Sudamérica, Europa y otras regiones que son parte de los 114 miembros plenos y 18 miembros asociados. Sudamérica dice abiertamente que se favoreció a Canadá y Estados Unidos, el primero porque es parte del Comité Ejecutivo y el segundo porque albergará el Rugby World USA 2031, y por tener más posibilidades de clasificar, inclusive por el nivel de los equipos que compiten en sus regiones.
Si los cuestionamientos sólo descansan en estos dos argumentos, a la mirada de cualquiera son válidos, pero siguen siendo discretos y pudiera la contraparte argumentar algo parecido y no representan al final el espíritu de este deporte en particular, como es el juego limpio y el respeto por su adversario. Ahora bien, cuando hago un paralelo con el fútbol, volvemos a la misma discusión, quizás con menos impacto que tiene la FIFA por sí sola, pero no es menos cierto, que el rugby es el segundo deporte a nivel mundial que convoca la mayor cantidad de gente asistiendo a los estadios o viendo por televisión la cita planetaria.
EL FRANCIA 96-0 NAMIBIA
Los ingresos para la World Rugby también son siderales, por lo mismo no es impensado decir que sigue la huella del fútbol. El desarrollo en el rugby es un tema teórico y, quizás valórico, pero tener un mundial que dura casi dos meses de competición, es sobre humano, sumar más selecciones por el solo acto de la inclusión, de qué todos tienen las mismas posibilidades de acceder. No es un argumento sólido para quienes vieron el partido de Francia 96 – Namibia 0, ese resultado no representa evolución para Namibia, definitivamente demostró que están a años luz de competir con una potencia como Francia.
Le jour où Louis Bielle-Biarrey s’est fait une place au sein du XV de France#RWC2023 pic.twitter.com/KKwQfDxSoE
— Rugby World Cup FR 🇫🇷 (@RugbyWorldCupFR) April 29, 2024
Pero, perdón, Namibia clasificó en cancha, lleva 7 mundiales seguidos siendo parte de este evento, su primera experiencia fue el Mundial de Gales 1999. Vuelvo a preguntarme ¿es culpa de Namibia superar a Kenia por 36-0 y obtener los pasajes mundialistas? Este país africano no es responsable de la mala distribución deportiva que existe en el mundo del rugby, el mapa mundial de este deporte está mal distribuido, no solo descansa en la representatividad o en la igualdad de competir, porque con algunos de sus pares de la región puede disputar mano a mano la ovalada, pero cuando atraviesa la frontera nos damos cuenta que no está a la altura de jugar de igual a igual.
EL CASO DE ESPAÑA
Pasa con España que debe pelear y disputar sus posibilidades con potencias de la elite mundial, hoy se encuentra en el Tier 2 de la clasificación mundial de la World Rugby Ranking, está en el décimo quinto lugar por delante de otras potentes selecciones europeas como Rumania y Portugal, su logró más importante hasta la fecha ha sido clasificar y competir en el mundial de gales 1999, el mismo donde Namibia inició su camino en forma ininterrumpida hasta el día de hoy.
La cantidad no significa calidad o excelencia, la FIFA y World Rugby, en su lenguaje metafórico creen en la igualdad de competir, donde todos tienen el mismo acceso, no necesariamente las mismas condiciones o posibilidades.