A esta altura de su carrera, Lilly King se ha alzado como una de las grandes nadadoras de la actualidad. La estadounidense de 27 años acaba de conseguir clasificar a una segunda carrera de los Juegos Olímpicos de París 2024, tras imponerse en los 200 metros pecho en las ‘trials’ de Estados Unidos, es decir, la competencia interna para clasificar a la cita de los anillos.
El carisma de la nadadora, además de sus cinco medallas olímpicas entre Rio 2016 y Tokio 2020, la hacen una de las grandes estrellas de la actualidad. Todo lo que hace o dice es resaltado. Por eso llamó la atención del mundo que su pareja le haya pedido matrimonio justamente tras conseguir la mencionada segunda clasificación a París. King, cual reina, aceptó la petición de matrimonio y se fundió en un abrazo que dio la vuelta al mundo.
After Lilly King qualified for her second race for the Paris Olympics, her fiancé gave her a ring of her own. 💍 #SwimTrials24 pic.twitter.com/UgnfeyJYgO
— NBC Sports (@NBCSports) June 21, 2024
La figura de King está en alza. En Rio 2016 se colgó los oros en los 100 metros pecho y en el 4×100 combinado junto al Team Estados Unidos. En Tokio, en tanto, obtuvo plata en los 200 metros pecho y en los 4×100 combinado; y el bronce en 100 metros pecho. Palmarés gigante si consideramos las 10 medallas doradas y las dos plateadas que ha obtenido en el Mundial de Natación entre 2017 y 2023.
TODO ERA COMPETENCIA PARA LOS HERMANOS KING
La competitividad de King, sin embargo, viene desde el núcleo más íntimo de su familia. Según recoge el sitio oficial de los Juegos Olímpicos, desde siempre estuvo compitiendo con su hermano Alex, menor que ella y que la ha empujado a buscar el alto rendimiento. Y que se entienda bien, no es una competencia negativa, sino un estímulo natural de hermano a hermana. «Ya fuera nadar o correr para limpiar sus habitaciones y terminar sus lecciones de piano, todo era una competencia para los hermanos King», publicó Olympics.com.
“Tener esa relación realmente sana con la competencia a una edad tan temprana es algo que moldeó mi confianza porque iba a una competencia, incluso cuando practicaba otros deportes, iba a cualquier competencia y decía: ‘Bueno, pasa lo que pasa’. Es sólo una carrera. No es tan grande de un acuerdo'», dijo Lilly al mencionado sitio.
Las competencias entre ambos iban desde quién iba mejor en sus clases de piano, quién hacía más rápido las tareas o incluso quién se demoraba menos en limpiar su habitación. «En cualquier momento que mi hermano y yo pudiéramos competir, lo hacíamos», añadió la estadounidense.
Aquel impulso la ha llevado a la cima del mundo en su deporte. Y también a tener una personalidad única dentro de la natación. Ella misma contó de sus comportamientos antes de entrar a la piscina, donde se divide entre dos facetas: la Lilly que intimida a sus rivales con la mirada, capaz de mirar fijamente a otra hasta la incomodidad; o la lúdica Lilly que llega a parecer desconcentrada antes de competir. Aunque, claro, eso se termina al momento de saltar a la piscina y hacer su negocio.
Lo cierto es que el camino recorrido la han llevado a ser una de las mejores nadadoras del mundo. Medallista olímpica y mundial, ya sea en piscina larga o corta, Lilly siempre deja su huella.