La vuelta (humilde) de León Marchand a sus raíces con su club de natación
Juan José Saldaña
noviembre 12, 2024

El pasado 10 de noviembre de 2024, las piscinas del campeonato de Interclubes de Montauban fueron testigo de una jornada muy especial para la natación francesa. En medio de un ambiente festivo y con la presencia de numerosos aficionados, Léon Marchand, cuádruple campeón olímpico, volvió a competir en el torneo regional donde dio sus primeros pasos como nadador. A pesar de sus logros internacionales y de tener una importante competición internacional en diciembre, León, decidió  representar a su club de origen, Dauphins Toulouse, en los Interclubes de Occitania.

La presencia de Marchand atrajo a una multitud de seguidores, no solo por su renombre, sino por el cariño que la comunidad le tiene. Lejos de las luces de los grandes escenarios mundiales, este evento se convirtió en una celebración íntima, un reencuentro con sus raíces dando la oportunidad a los fans, desde los más pequeños hasta los veteranos, que se acercaran en masa para presenciar la actuación del campeón, todos ansiosos por compartir un momento con él, obtener un autógrafo o una simple sonrisa.

UN CAMPEÓN CERCANO

Léon Marchand demostró que, pese a su estatus de estrella mundial, sigue siendo el mismo joven que empezó a nadar en estos torneos locales. Durante la competencia, no solo se centró en sus pruebas, sino que también dedicó tiempo a interactuar con los nadadores más jóvenes y con sus antiguos entrenadores, quienes no ocultaron su orgullo al verlo triunfar en escenarios globales.

Compitió en pruebas tradicionales como los 200 metros braza, donde registró un impresionante tiempo de 2:06.12, superando incluso algunas de sus marcas recientes. Sin embargo, más allá de los resultados, lo que realmente destacó fue su actitud. El campeón se mostró accesible, posando para fotos, firmando autógrafos y charlando con los asistentes, recordando sus propios inicios en el mundo de la natación.

REENCUENTRO CON SUS ORÍGENES

El evento de Montauban no solo fue una competencia más en el calendario de Marchand, sino un verdadero regreso a casa. Participó también en varios relevos, como el 4×200 libre y el 4×100 estilos, donde nadó junto a sus compañeros del club Dauphins Toulouse. Fue una jornada que trajo a la memoria de muchos sus primeros años como nadador, antes de convertirse en una figura de talla mundial.

La presencia de Léon no solo aportó un nivel de competencia superior al torneo, sino que también generó un ambiente de camaradería y alegría. Fue un recordatorio de que, aunque ha alcanzado la cima del deporte, no ha olvidado de dónde viene ni quiénes lo apoyaron en su camino. Este regreso a sus raíces fue una muestra de su sencillez, una virtud que lo hace tan querido dentro y fuera de las piscinas.

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