El lacrosse, uno de los deportes de equipo más antiguos de Norteamérica, vuelve al escenario olímpico en los Juegos de Los Ángeles 2028 y con esta incorporación, el deporte se une a otras disciplinas recientemente admitidas, como el críquet, flag football, squash, béisbol y sóftbol, para enriquecer el programa olímpico. La historia olímpica de lacrosse data de principios del siglo XX, cuando fue deporte oficial en los Juegos de San Luis 1904 y Londres 1908. Desde entonces, fue mostrado como deporte de exhibición en las ediciones de Ámsterdam 1928, Los Ángeles 1932 y Londres 1948, pero su regreso en calidad de deporte olímpico había permanecido en pausa por más de un siglo.
Si bien es un deporte poco conocido en algunos países, en naciones como Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, el lacrosse cuenta con una sólida base de aficionados y una rica tradición, particularmente en el ámbito universitario estadounidense. Esta vuelta olímpica no solo representa una oportunidad para los seguidores del deporte, sino también una puerta de entrada para expandir el interés por el lacrosse a nivel global, una meta impulsada por la Federación Mundial de Lacrosse.
HISTORIA Y REGLAS DEL LACROSSE
Originado en las comunidades nativo americanas de Canadá, el lacrosse era un juego ritual que involucraba cientos de participantes y podía durar días, con el tiempo, el deporte se estructuró cuando, en el siglo XIX, los franceses lo nombraron “la cross” y William George Beers, en 1856, lo adaptó a una versión menos violenta y más organizada. Hoy, el lacrosse combina habilidad, resistencia y contacto físico, manteniendo el uso del palo largo con una cesta triangular para controlar y lanzar la pelota hacia la portería rival.
En la modalidad olímpica, todos los jugadores de campo usan palos de entre 100 y 110 cm, mientras que los porteros emplean versiones más largas y con un bolsillo más profundo para facilitar la defensa. La pelota es una esfera sólida y suele ser blanca o amarilla. Las reglas son ágiles: equipos de seis jugadores, sin posiciones específicas, y en caso de empate, una prórroga a muerte súbita asegura un cierre vibrante al partido.
LA NUEVA MODALIDAD
Para hacer el deporte más atractivo y accesible en el ámbito olímpico, World Lacrosse ha introducido la modalidad «sixes«. Esta variante, que mezcla aspectos del lacrosse de campo y el de interior, es más rápida y dinámica, pensada para captar la atención del espectador casual. En «sixes«, cada equipo cuenta con seis jugadores (un portero y cinco jugadores de campo) sin posiciones fijas, lo que permite a todos atacar y defender de manera conjunta. Esta estructura más libre y enérgica encaja con el perfil de deportes que los Juegos Olímpicos han añadido recientemente, favoreciendo el ritmo acelerado y la adaptabilidad.
Además, el formato de «sixes» incluye un reloj de posesión de 30 segundos, similar al del baloncesto, que mantiene el dinamismo del juego. Los partidos, divididos en cuatro cuartos de ocho minutos, aseguran un espectáculo intenso y de alta velocidad, que se desarrolla en un campo de 70 metros de largo por 36 metros de ancho, con una portería colocada en el centro de un área circular, una disposición que permite un juego versátil y abierto.
EL REGRESO DE UN DEPORTE LEGENDARIO
La reintroducción de lacrosse en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 no solo es un homenaje a sus raíces en Norteamérica, sino también una oportunidad de conectar a audiencias de todo el mundo con este deporte ancestral y vibrante. El formato «sixes» refuerza su carácter dinámico y accesible, ideal para la generación de nuevos seguidores y para la expansión del lacrosse en países donde su presencia aún es incipiente.
Con esta versión adaptada, el lacrosse promete ser uno de los eventos más emocionantes de Los Ángeles 2028, ofreciendo al público una experiencia única de velocidad, contacto y tradición deportiva.