Lo que hemos aprendido del apagón de España (y cómo afecta al deporte)
Víctor García
mayo 1, 2025

El reciente apagón que afectó a España y Portugal dejó a más de 50 millones de personas sin electricidad y puso en jaque a toda una sociedad. En ese momento, la vitalidad e importancia del deporte pasó a un segundo plano, como ocurrió en el esperado e internacional Mutua de Madrid Open de tenis. Este torneo de renombre se vio interrumpido y suspendido hasta el día siguiente, provocando caminatas kilométricas de miles de aficionados hasta sus casas, hoteles… Este incidente planteó serias preguntas sobre la seguridad en la preparación de grandes eventos deportivos. España será sede del Mundial 2030… ¿se imaginan este apagón durante la final?

Qué ocurrió y qué medidas tomará España

«15 gigavatios se han perdido súbitamente del sistema, en apenas 5 segundos«, explicó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre el incidente del lunes 28 de abril a las 12.33 horas. Era la primera vez en la historia de España y la Península Ibérica que algo así sucedía. El sistema, al no poder equilibrar esa caída tan brusca entre la generación y la demanda, se protegió desconectándose automáticamente tanto a nivel interno como del resto de la red europea. La red eléctrica peninsular española ha sido históricamente robusta y fiable -consideradas una de las mejores del mundo- gracias a su elevado grado de mallado en alta y muy alta tensión, así como a su gran capacidad de generación síncrona. Sin embargo, su punto débil es la limitada interconexión internacional, condicionada por la barrera geográfica de los Pirineos.

Aunque aún no se ha confirmado el porqué de esa desconexión total durante 5 segundos, la creciente integración de energías renovables podría ser la razón ya que los sistemas eólicos y solares carecen de flexibilidad ante las variaciones de demanda. Por ello, ya se está planteando la necesidad de incorporar estabilizadores de frecuencia y tensión, y mecanismos de almacenamientos en la red de transporte para contrarrestar la pérdida de inercia causada por la alta presencia de renovables.

La sombra de la pandemia, en el cogote

Desde los 20 minutos sin luz que estuvo, por ejemplo, San Sebastián en el País Vasco (con redes interconectadas a Francia) a los más de 12 horas que estuvieron en diferentes puntos de España… Fueron unas horas en las que los desterrados transistores a pilas invadieron las calles y plazas para mantenerse informado. También fue un tiempo en el que los pies se convirtieron en vehículo de transporte y en el que España se echó a la calle para interactuar con los vecinos, llenar las terrazas de los bares o hacer picnic improvisados en los parques.

La sociedad española reaccionó bien, cívicamente -y de manera muy Mediterránea- una vez supo que no había sido el inicio de algo más preocupante y que se iba a solucionar en poco tiempo. Además, en hospitales, centros sanitarios y muchos edificios, los grupos electrógenos con baterías pudieron continuar operando casi con total normalidad, por lo que felizmente se puede decir que no hubo ninguna víctima mortal ni altercado violento pese a estas horas sin luz,

Esta situación se preveía inimaginable sostenerla más días, teniendo la sombra de la pandemia en el cogote. Al principio, la incertidumbre, las imágenes de supermercados y grandes instalaciones sin luz, recordaban a ese tiempo en el que el covid ‘cubrió’ de ciencia ficción las ciudades y pueblos, con escenas inimaginables. Ese mal recuerdo volvió a pasear por la cabeza de muchos durante las primeras horas en las que no se sabía nada y el ciberataque o el inicio de algo más aterrador sobrevolaba tímidamente. Más cuando se comenzó a difundir que en Portugal, Italia, Francia y Reino Unido ocurría lo mismo… Luego se supo que salvo fuera de la Península Ibérica, fue a una escala minúscula.

El recuerdo de la importancia del deporte

Cuando el presidente del Gobierno pudo informar con datos de qué había sucedido y confirmar que estaban ya devolviendo la luz -poco a poco para no perder esa estabilidad- al territorio español, la gente suspiró y comenzaron las bromas y la relajación en las calles, plazas y parques. Ahí fue cuando las reflexiones sobre qué hubiera pasado si en un contexto deportivo España estuviera alojando un gran evento -como era el Mutua de Madrid Open- y qué medidas se debían de tomar sabiendo que es algo que puede suceder nuevamente y que el caso de España debe ser mirado por el resto de naciones por si tiene coincidencias en la distribución de su propia red eléctrica.

Elon Musk, muy oportunista, tras analizar lo sucedido zanjó el episodio en una simple frase: «[España] necesita baterías para estabilizar la red». Quizás este mismo consejo se puede aplicar a grandes escenarios como los estadios o eventos como pudieran ser unos Juegos Olímpicos… ¿Debe pensar el deporte en adoptar este tipo de protección o se debe de confiar en que esta circunstancia no vuelva a suceder? Lo que parece probable es que este asunto de la red eléctrica esté en los próximas planificaciones de la organización de grandes eventos deportivos en España. La inversión en infraestructuras energéticas resilientes ya no parecen tanto lujo, sino una necesidad.

Al margen de lo que pueda afectar en eventos deportivos profesionales, el apagón tuvo un impacto directo en la vida cotidiana de los ciudadanos, afectando la práctica deportiva amateur (no sólo profesional). Fue un día en el que las instalaciones deportivas cerraron, los clubes no tuvieron actividad y el Gobierno recomendó evitar desplazamientos innecesarios. Por tanto, la salud física y mental de la población también se vio perjudicada recordando que el deporte no es solo entretenimiento, sino una necesidad vital para una sociedad que desea tener un estilo de vida saludable.

El cambio climático, la gran amenaza

El apagón en España debe servir como una llamada de atención, no solo para nuestro país, sino para el mundo entero también por el cambio climático y las tormentas solares que tanto amenazan la estabilidad del sistema energético. La inversión en infraestructuras energéticas resilientes, el desarrollo de energías renovables y la planificación ante emergencias sean esenciales, incluyendo en grandes eventos deportivos. Con el Mundial 2030 tan próximo, el tiempo de actuar es ahora.

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