La próxima vez que lleves a tu hijo o hija a un partido y lo veas pegado a su teléfono, Larissa Mills quiere que pienses en algo importante: “El cerebro tarda 22 minutos en volver a enfocarse”, explica en una entrevista con ‘USA Today Sports’ publicada este domingo. “Ni siquiera deberían entrar al campo”, comenta de manera rotunda.
Mills, directora de la ‘Mental Game Academy’ en Ontario, está convencida de que el desarrollo mental es tan importante como el físico en el deporte. Con formación en sociología, psicología y educación, y como madre de tres hijos, ha trabajado con miles de atletas, desde jóvenes hasta profesionales, en Canadá y Estados Unidos. Su misión es clara: ayudar a los deportistas a desarrollar habilidades psicológicas que les permitan rendir al máximo, mientras educa a los padres sobre su papel en este proceso.
IMPACTO DEL TELÉFONO EN EL RENDIMIENTO DEPORTIVO
Para Mills, el uso excesivo de teléfonos móviles está afectando gravemente a los jóvenes atletas. “Nuestros hijos pasan entre 4 y 12 horas al día en sus teléfonos, y los padres entre 4 y 9 horas. ¿Cuándo están aprendiendo habilidades emocionales o sociales? No lo están”, afirmó. Según ella, esta desconexión no solo afecta el rendimiento deportivo, sino también la relación entre padres e hijos.
La ‘Mental Game Academy’ trabaja para cambiar esta realidad. Una de sus recomendaciones clave es limitar el uso del teléfono dos horas antes de un partido o práctica y una hora antes de dormir. Esto no solo mejora la concentración, sino que también reduce los niveles de dopamina y cortisol, dos sustancias químicas que, en exceso, pueden generar ansiedad y afectar la toma de decisiones. “El teléfono nos hace más lentos, como si nuestro cerebro estuviera en aceite”, explicó Mills.
CONFIANZA Y AUTOESTIMA: CLAVES PARA EL ÉXITO
Mills también destaca cómo las redes sociales pueden sabotear el rendimiento de los jóvenes. “En 30 segundos de desplazamiento, nuestro cerebro puede pasar de una sensación positiva a una negativa”, señaló. Las comparaciones constantes con otros atletas en línea generan inseguridades y pensamientos como “no soy lo suficientemente rápido” o “mis estadísticas no son buenas”. Por eso, recomienda reducir el tiempo de uso del teléfono a menos de dos horas al día.
Otra herramienta que se enseña en la ‘Mental Game Academy’ es el uso de mantras personales para reforzar la confianza. Frases como “soy fuerte”, “soy rápido” o “soy imparable” ayudan a los jóvenes a mantenerse concentrados y a superar pensamientos negativos. “Cuando aumentamos la confianza, la valentía y la agresividad positiva toman el control”, afirmó Mills en las páginas del ‘USA Today’.
EL ROL DE LOS PADRES EN EL DESARROLLO MENTAL
Mills también aborda un tema delicado: el impacto de los padres en el rendimiento de sus hijos. Según ella, el 60% de los jóvenes que acuden a su academia dicen que sus padres afectan negativamente su experiencia deportiva. “No puedo creer la cantidad de padres que gritan instrucciones desde las gradas y arruinan la experiencia de sus hijos”, comentó. En lugar de presionar, Mills sugiere que los padres se centren en brindar apoyo emocional y confianza. “Cuando los padres entienden esto, la relación con sus hijos mejora significativamente”, aseguró.
Además, Mills subraya la importancia de enseñar a los jóvenes a aceptar críticas constructivas de sus entrenadores y a establecer límites personales. Esto no solo mejora su rendimiento en el deporte, sino que también les ayuda a desarrollar habilidades esenciales para la vida.
CONTROLAR LAS EMOCIONES PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO
La ‘Mental Game Academy’ se especializa en ayudar a adolescentes que han pasado miles de horas en sus teléfonos antes de los 16 años. Según Mills, este uso excesivo de tecnología ha reducido su capacidad de atención y su habilidad para recibir retroalimentación. “Muchos niños hoy en día no pueden ser entrenados porque tienen una capacidad de atención de seis segundos”, afirmó.
Adoptar una rutina de uso del teléfono es solo el primer paso. Mills también anima a los jóvenes a interactuar con sus compañeros y oponentes en tiempo real, a aceptar críticas constructivas y a mantener la calma en situaciones de alta presión. “Cuando controlamos nuestras emociones, no solo ayudamos a nuestros compañeros de equipo, sino que también establecemos límites personales que nos acompañarán toda la vida”, concluyó.
Con su enfoque innovador, la ‘Mental Game Academy’ está transformando la manera en que los jóvenes atletas abordan el deporte. Larissa Mills no solo busca mejorar el rendimiento deportivo, sino también formar personas más seguras, resilientes y conectadas con quienes las rodean. Como dijo Jeff Nelligan, autor y padre de tres hijos que ha colaborado con Mills: “Ella está ayudando a criar jóvenes que son líderes, respetuosos y comprometidos con todo lo que hacen”.