El Monte Olimpo es la montaña más alta de Grecia y la segunda de los montes Balcanes con 2.917 metros de altura. Para la mitología griega, el Monte Olimpo era la residencia de los principales dioses, destacando a Zeus. Es frecuente leer y escuchar que los grandes atletas tienen un espacio reservado en ese lugar sagrado, donde su talento sobrepasa los límites de lo normal y se convierten en seres superiores y pueden ser llamados en propiedad el ‘Dios del Olimpo’. Mijaín López Núñez, cuatro veces campeón olímpico quiere superar en París el récord de oros seguidos y pasar a la inmortalidad, está más cerca que nunca, a pesar de que en los dos últimos años prácticamente no ha competido.
Michael Phelps (natación), Carl Lewis (salto de longitud), Alfred Oerter (lanzador del disco), y Paul Elvstrom (vela) son otros deportistas que también han ganado la medalla de oro en la misma prueba individual en cuatro Juegos Olímpicos seguidos. Sólo queda esperar si el cubano pasará a la inmortalidad y será el más laureado de todos los tiempos. Mijaín López Núñez, cumplirá este 20 de agosto 42 años y en este periodo de pausa y reflexión de dos años ha viviso momentos delicados y sensibles tras la imprevista muerte de su padre en septiembre de 2023, producto de un paro cardiaco que lo golpeó fuertemente y que desencadenó el no competir en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, donde era una de las figuras consulares de este evento. SportsIn ha tenido la ocasión de conversar con el tetracampeón olímpico cubano, quien se encuentra entrenando y concentrado en estos días en Budapest, Hungría.
Desde octubre del año pasado no has parado con entrenamientos y concentraciones, tanto en Cuba como en Europa, con escala en Croacia, Hungría y Bulgaria para llegar directamente a París. ¿Cómo te has sentido en lo físico y lo psicológico?
Ha sido un largo ciclo de entrenamientos. Cuando definí que iría en busca del oro en París asumí que había que darlo todo. No puedes improvisar nada y en estos entrenamientos corregimos con nuestros entrenadores todos los detalles, porque en los detalles está el ganar un combate y la medalla. En lo mental me he sentido bien porque estoy acompañado. Soy una persona muy sociable, de disfrutar cosas sencillas, de demostrar lo que siento, a pesar de que soy también muy exigente con todo y con todos.
Antes de los JJOO de Tokio 2020+1 anunció que serían los últimos juegos, pero después de la medalla de oro, dejaste la puerta abierta y nos quedamos con la sensación al lado del tapiz de combate que no era definitivo. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
La verdad, antes de competir en Tokio sentía que había llegado el momento de retirarme siendo el mejor, y para ser el mejor tienes que darlo todo. El combate tiene dos tiempos de tres minutos, es poco tiempo, pero el tiempo que inviertes en entrenar es de años. Yo llevo 22 años compitiendo, comencé a los 20 en un mundial en Moscú (2002) y nunca me voy a olvidar porque ahí entendí que podía llegar muy lejos. Bueno, terminé 13 en -120 kilos y, al año siguiente llegué en el lugar 16. Y, dos años después el 2005 obtuve mi primer mundial aquí, en Budapest, donde estoy entrenando ahora.
¿Has logrado dimensionar si te quedas con el oro olímpico en París el récord que impondrás a las nuevas generaciones?
Uno trabaja para alcanzar sus propias metas, yo me puse grandes desafíos porque tuve el apoyo de mis padres, hermanos y luego de mi propia familia. Uno no va pensando en batir o superar las marcas de otros, porque es fácil desviarte del camino si no te enfocas en lo que tú tienes que hacer. Ahora, respondiendo a tu pregunta, es verdad que si gano el oro en París seré recordado como el mejor de la historia y voy a superar a ídolos míos que los veía competir cuando era adolescente. Para lograr eso, he tenido la suerte de estar con personas que me han enseñado a entrenar, pero también, a ser humilde en el triunfo.
En Tokio ganaste tu cuarto oro olímpico sin público, con las restricciones de la pandemia y con tu familia viéndote por televisión. Ahora, en París, me imagino que estarán junto a ti todos los más cercanos, porque será también el momento de decir adiós, esperamos todos, colgándote la medalla de oro y con especial dedicatoria. ¿Si la obtienes, a quién se la vas a dedicar?
A mi padre, quien nos dejó en septiembre del año pasado. Partió antes de tiempo, pero a pesar de esta tristeza, hay algo especial, es una fuerza que me mueve y me motiva a seguir dando lo mejor de mí, siempre con humildad, sencillez y respetando a los demás, como dice mi madre Leonor. ¿Sabes? Recuerdo como si fuera hoy, pero hace 30 años mi padre me dijo una frase que me marcó para siempre: “Lo que quieras lograr en la vida solamente depende de todo lo que tú te esfuerces”, sentenció Timoteo Bartolo López.
Mijaín, te quiero llevar a tu infancia y a los orígenes del mejor atleta de todos los tiempos de Cuba. ¿Cómo fue tú niñez, que recuerdas de ella?
Vengo de un lugar rural que se llama Herradura, en la ciudad de Consolación del Sur, provincia de Pinar del Río. Tengo a mi madre que es el cable a tierra, sigo siendo ‘El Niño’ para ella. Me llamaba así porque era muy grande para mi edad. Tengo dos hermanos más, ambos también dedicados al deporte: Misael en remo y Michel en boxeo y medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde yo terminé quinto en lucha. En cuanto a mi infancia como familia tuvimos muchas carencias, como muchos niños que nos criamos en el campo, donde había que correr tras los animales y cargar pesadas cajas de frutas. Como digo siempre, nuestro esfuerzo era nuestro alimento. Ahí me vio un entrenador y me dijo que tenía altura y físico para la lucha, tenía 10 años, así que, era prematuro pensar en llegar a donde estoy ahora. Por eso, siempre les digo a los niños que sueñen, que nada es imposible a pesar de todas las dificultades que puedan tener. Yo las tuve y no fue obstáculo para luchar por mis sueños.