Morteza Mehrzad: de ser rechazado a estrella paralímpica con Irán
Farzad Youshanlou
septiembre 3, 2024

En la ciudad norteña de Chalous, situada junto al mar Caspio, vive Morteza Mehrzad Selakjani, un hombre conocido como el ‘Milagro del voleibol sentado iraní’. Hoy en día, Mehrzad es reconocido mundialmente por sus contribuciones al deporte y por ser en la actualidad el segundo hombre más alto del mundo, pero su camino desde una vida de aislamiento hasta el estrellato internacional es una historia de transformación notable que ahora brilla como nunca en los Juegos Paralímpicos de París 2024 y que ha saltado a los medios porque en la Villa Paralímpica está durmiendo en el suelo al no haber una cama de su tamaño.

A sus 33 años, Mehrzad se destaca no solo por su imponente altura de 2.46 metros, sino por la resiliencia y determinación que han definido su vida. Sin embargo, durante gran parte de sus primeros años, Mehrzad consideraba su extraordinaria altura más como una maldición que como una bendición. Rechazado por la sociedad e incómodo con su propio cuerpo, pasó gran parte de su tiempo aislado en casa, reacio a enfrentarse a un mundo que sentía que nunca lo aceptaría.

Las dificultades de Mehrzad comenzaron en su adolescencia. A pesar de ser un estudiante académico destacado, se vio obligado a abandonar la escuela debido al acoso implacable de sus compañeros. Para mantenerse, entró al mundo laboral a temprana edad, realizando diversos trabajos manuales. Fue durante este tiempo que un accidente de bicicleta le causó un daño grave en la pierna derecha. La lesión que no fue tratada adecuadamente provocando que su pierna derecha se quedara más corta que la izquierda, una diferencia física que solo profundizó su sensación de aislamiento.

SU VIDA CAMBIÓ EN 2012

Sin embargo, en 2012 la vida de Mehrzad dio un giro inesperado. La Federación Paralímpica de Irán lo descubrió e invitó a probar el voleibol sentado, un deporte adaptado para atletas con discapacidades. Su altura excepcional, que antes había sido una fuente de inseguridad, se convirtió en su mayor activo. En el voleibol sentado, donde los jugadores permanecen sentados y dependen en gran medida de la fuerza y alcance de la parte superior del cuerpo, los 2.46 metros de Mehrzad le otorgaron una ventaja incomparable en la cancha.

Su impacto en el deporte fue inmediato y profundo. Mehrzad rápidamente se convirtió en un jugador clave para el equipo nacional de voleibol sentado de Irán, ayudando al país a lograr victorias en múltiples competiciones internacionales, incluyendo los Juegos Paralímpicos de Río y Tokio. Su presencia en la cancha es simplemente transformadora; cuando está sentado con los brazos levantados, alcanza los 182 cm, lo que le permite bloquear y rematar con un nivel de dominio que pocos pueden igualar.

«Nunca me sentí bien con mi condición física o mi cuerpo»

Antes de los Juegos Paralímpicos de París, Mehrzad reflexionó sobre su trayectoria y el papel que ha jugado el voleibol sentado en la transformación de su vida. «Incluso antes de unirme al equipo nacional o competir en los Juegos Paralímpicos, la gente siempre me llamaba ‘el chico alto'», compartió durante una sesión de entrenamiento en Teherán. «El voleibol sentado me ha ayudado enormemente. Nunca me sentí bien con mi condición física o mi cuerpo. Pero esta misma diferencia me permitió sobresalir».

Hadi Rezaeigarkani, el seleccionador del equipo, declaró a Olympics.com  que «en Tokio sí hicieron una cama especial, pero desgraciadamente aquí (en París 2024) no. Se va a tumbar en el suelo, pero tiene en mente el objetivo más importante. No le importa si se va a tumbar en el suelo o si no va a tener suficiente para comer. En cualquier caso, tiene en mente convertirse en campeón».

SU PAPEL CLAVE EN LAS VICTORIAS

A pesar de su fama, Mehrzad sigue siendo humilde, minimizando constantemente sus logros individuales en favor de elogiar a sus compañeros de equipo. «Estoy agradecido por ser reconocido como uno de los mejores jugadores de voleibol sentado en Irán, pero esto no es cierto», dijo en una entrevista con los medios iraníes. «Cada uno de mis compañeros es el mejor a su manera y juntos formamos el mejor equipo del mundo. No es correcto destacar solo a uno; todos nuestros muchachos son los mejores, y juntos construimos el mejor equipo».

Aunque Irán ha sido durante mucho tiempo una potencia en el voleibol sentado, es innegable que Mehrzad ha jugado un papel crucial en sus éxitos recientes. Su singularidad física y habilidad no solo lo han convertido en un jugador vital, sino que también han atraído mayor atención al deporte y a las capacidades de los atletas con discapacidades.

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