Nueve años después de que Marius Vizer, en la Asamblea General de SportAccord, sugiriera la asignación de una parte de los ingresos netos del Canal Olímpico de Televisión a los atletas, lo que provocó el tema de su sustento a los medios de comunicación, World Athletics ha declarado que se pagarán 50.000 dólares en metálico a sus campeones en los Juegos Olímpicos de París 2024.
En la misma línea, Thomas Bach, al tiempo que se oponía a cualquier tipo de pago de premios en metálico en las competiciones deportivas y los Juegos Olímpicos, señaló que es contradictorio con los estatutos existentes en las Federaciones Internacionales (FI) y, refiriéndose a WA, hizo hincapié en que deberían considerarse enfoques más apropiados para apoyar a los atletas y desarrollar la infraestructura deportiva.
La situación financiera de los atletas está estrechamente relacionada con las condiciones económicas del país en el que residen. Por un lado apunta a cuánta estabilidad política y social existe para el desarrollo de infraestructuras deportivas en países en desarrollo y subdesarrollados de cara animar a las federaciones internacionales y al Comité Olímpico Internacional a invertir y, por otro, está relacionada con las políticas más amplias de las FI y del COI en cómo la expansión geográfica de los deportes da forma a sus preocupaciones en la escena empresarial.
En este sentido, el nivel de participación de los atletas en las competiciones mundiales e incluso en los Juegos Olímpicos depende de los incentivos que las federaciones deportivas internacionales consideren para los atletas. Un vistazo a las estadísticas también muestra que todavía muchos países de África, Sudamérica y Oriente Medio, donde los atletas necesitan instalaciones y equipamiento deportivo, no cuentan con participantes en muchos campos del deporte.
PAGAR A LOS CAMPEONES NO ES UNA SOLUCIÓN
Independientemente de la afirmación de Thomas Bach de que el pago de premios en metálico a los campeones es incompatible con los estatutos de las federaciones deportivas internacionales, tales pagos también pueden aumentar las posibilidades de corrupción, influencias arbitrales y manipulación del reparto de medallas.
La experiencia demuestra que los gobiernos que pagan sumas de dinero a los atletas a cambio de convertirse en campeones también tienen que lidiar con el problema del dopaje para mejorar el rendimiento. Además, los sobornos de los gobiernos surgen a la sombra de tales pagos, marginando los elementos de meritocracia y juego limpio. Básicamente, parece discriminatorio considerar los premios en metálico como una excusa para mejorar el bienestar financiero de los atletas para unos pocos que se convierten en campeones olímpicos, mientras que un número significativo de atletas, por la razón que sea, siguen careciendo de la oportunidad de dedicarse al deporte o de la posibilidad de participar en competiciones internacionales y en los Juegos Olímpicos.
PROPORCIONAR INSTALACIONES
Proporcionar las instalaciones necesarias para que los atletas se preparen para participar en competiciones oficiales junto con la asignación de recursos financieros para billetes de avión y alojamiento para aquellos atletas que carezcan de medios económicos suficientes, no sólo contribuirá a mejorar los medios de vida de los atletas, sino que también marcará la expansión geográfica del deporte en el ámbito de los campeonatos.
En este sentido, antes de inculcar en la opinión pública el proyecto del pago de premios en metálico sin disponer de mecanismos de supervisión, debería considerarse la posibilidad de mejorar las circunstancias deportivas de los atletas que no tienen acceso a recursos educativos ni disponen de capacidad financiera para viajar y participar en competiciones internacionales.