Akani Simbine, atleta sudafricano y medallista de plata en relevos 4×100 m, ha decidido alzar su voz sobre la importancia de la salud mental al unirse a un grupo de embajadores que promueven el bienestar emocional de los deportistas. En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Simbine ha compartido su historia personal con la depresión, alentando a otros atletas a que busquen apoyo cuando lo necesiten. Esta decisión surge del creciente reconocimiento de que muchos deportistas enfrentan desafíos mentales, pero no siempre saben cómo expresarlos o a quién acudir.
Para Akani, compartir su historia no solo es un acto de valentía, sino una manera de tender la mano a quienes atraviesan una experiencia similar, como él mismo explica, hubo momentos en su carrera donde la presión y las expectativas afectaron profundamente su salud mental. Al hablar de su experiencia, Simbine espera que otros atletas se sientan inspirados a hacer lo mismo y puedan encontrar la ayuda que tanto necesitan. «Si escuchan mi historia y lo que pasé, pensarán: Akani ha estado en el circuito durante tanto tiempo, pero aun así pasó por esto y es capaz de hablar de ello y compartir su historia'», señala, confiando en que esto dará confianza a sus compañeros para abrirse y buscar apoyo.
El desafío de superar la depresión
Después de quedar cuarto en los 100 metros de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Akani Simbine se encontró sumido en una profunda depresión, ese decepcionante resultado fue un duro golpe para él, y al no tener el apoyo adecuado en ese momento, la situación empeoró. Fue gracias a la intervención de sus padres que decidió buscar ayuda y comenzó a ver a un terapeuta. A través de este proceso, Akani reconoció la magnitud de su depresión y que no estaba bien emocionalmente.
Con el tiempo, Simbine logró superar este difícil episodio y comenzó un proceso de reconstrucción personal aceptando que su identidad no se limitaba únicamente al deporte, esto fue clave en su recuperación. «El atletismo no me define», afirma con convicción, destacando la importancia de encontrar valor en sí mismo más allá de sus logros deportivos. Ahora, Akani tiene una nueva perspectiva, enfocándose en lo positivo y no permitiendo que un mal resultado defina su bienestar.
Uno de los mayores aprendizajes para Simbine ha sido entender que los contratiempos son parte de la vida, y que es esencial encontrar un equilibrio entre el deporte y la salud emocional, ahora, en lugar de aferrarse a la decepción tras una competencia difícil, Akani opta por reconocer sus sentimientos y buscar formas de superarlos. Este cambio de mentalidad le ha permitido disfrutar más de su carrera y afrontar los desafíos con una actitud más saludable.
Para aquellos que enfrentan dificultades similares, Akani ofrece un consejo simple pero crucial: admitir cuando no te sientes bien es el primer paso, reconocer que algo no está funcionando a nivel emocional es clave para comenzar el proceso de sanación. Luego, recomienda buscar ayuda, ya sea hablando con un profesional o simplemente con alguien que pueda escuchar sin juzgar.
La historia de Akani Simbine es un recordatorio del peso que conlleva la presión en el mundo del deporte de alto rendimiento. El bienestar mental es tan esencial como el físico, y tanto entrenadores como atletas deben prestar atención a las señales de alerta. Al compartir su experiencia, Simbine no solo normaliza la conversación sobre salud mental, sino que también demuestra que pedir ayuda es un acto de fortaleza, no de debilidad.