Los Juegos Olímpicos de eSports se aprobaron el pasado 23 de julio con el fin de que se lleven a cabo en Arabia Saudí en el año 2025. La Asociación Española del Videojuego (AEVI), en línea y consonancia con la posición europea de Video Games Europe, ha entrado a valorar para SportsIn esta decisión de los Juegos Olímpicos Electrónicos.
“Los esports han revolucionado la forma en que las personas ven, siguen e interactúan con los videojuegos”, comentan desde AEVI y continúan diciendo que “damos la bienvenida a la colaboración entre los videojuegos y el deporte”. Es aquí cuando aparece el único gran ‘pero’: “Sin embargo, también reconocemos las diferencias entre los mundos de las competiciones de videojuegos y el deporte, especialmente en lo que respecta a derechos y la propiedad intelectual”. Además anuncian que “esperan una colaboración más profunda entre los publishers de videojuegos y las organizaciones deportivas para asegurar que un evento exitoso”.
Lo cierto es que, a diferencia de los deportes, que no perteneces a nadie, cada juego utilizado en las competiciones de esports es de un editor, que posee la propiedad intelectual de ese juego. Los publishers son la entidad adecuada para supervisar sus juegos, por ejemplo para salvaguardar la integridad del juego.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los videojuegos son obras únicas y complejas que combinan elementos de software como de no software como pueden ser grabaciones de sonido hasta guiones e imágenes.
Por todo ello, este punto de la propiedad intelectual es el único gran obstáculo a salvar, cuya complejidad es grande, aunque la idea es de caminar todos juntos y en la misma dirección.