La Fundación de Refugiados Olímpicos organizó una rueda de prensa este lunes en Lausana, Suiza, para reflexionar sobre su trayectoria de una década y discutir el futuro de sus iniciativas. El evento contó con la participación de figuras clave como el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, y la olímpica Yusra Mardini, quienes compartieron sus perspectivas sobre los logros y la misión continua de la fundación.
El presidente Thomas Bach abrió la rueda de prensa recordando los orígenes del Equipo Olímpico de Refugiados, que debutó en los Juegos de Río 2016. “En ese momento, estábamos presenciando una crisis global de refugiados con más de 60 millones de personas desplazadas. Pensé, si hay tantos refugiados, debe haber atletas entre ellos soñando con los Juegos Olímpicos. Fue entonces cuando nació la idea del Equipo Olímpico de Refugiados”.
Bach destacó la importancia simbólica del equipo porque “cuando el Equipo Olímpico de Refugiados entró al estadio en Río, toda la multitud se puso de pie para aplaudir. Fue un momento que trascendió las medallas: se trataba de esperanza y humanidad”.
El papel del deporte en la sanación y la inclusión
Filippo Grandi, vicepresidente de la Fundación de los Refugiados Olímpicos y Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, subrayó el poder transformador del deporte para las comunidades desplazadas. “El deporte no es solo competición; es una herramienta para la sanación y la inclusión. En los campos de refugiados, he visto a niños jugar al fútbol en medio de la destrucción. Les da esperanza y un sentido de normalidad”.
Grandi también elogió las iniciativas de base de la Fundación de los Refugiados Olímpicos, que han llegado a más de un millón de jóvenes refugiados y migrantes en todo el mundo. “Estos programas reúnen a refugiados y comunidades de acogida, fomentando la convivencia y el entendimiento mutuo”.
«Ser refugiada no es una limitación, es resiliencia»
Yusra Mardini, nadadora siria y miembro del equipo inaugural de Refugiados Olímpicos, compartió su experiencia personal. “Formar parte del Equipo Olímpico de Refugiados cambió mi vida. Me enseñó que ser refugiada no es una limitación, es una historia de resiliencia. Al entrar al estadio en Río, me di cuenta de que estaba representando esperanza para millones de refugiados”.
Mardini también habló sobre su trabajo de defensa como Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR y la creación de su propia fundación. “A través de la educación y el deporte, podemos cambiar vidas. Lo he visto de primera mano en los campos de refugiados, donde los niños sueñan con oportunidades para jugar y aprender”.
Ampliando el alcance de la fundación
El presidente Bach describió los logros de la Fundación de los Refugiados Olímpicos en la última década, incluyendo la formación de más de 2.800 entrenadores y la asignación de cerca de 25 millones de dólares para apoyar a atletas refugiados y programas deportivos. “Hemos creado un modelo sostenible para ofrecer oportunidades deportivas seguras, no solo para atletas de élite, sino también para refugiados en campos y centros de migración en todo el mundo”.
De cara al futuro, Bach reafirmó el compromiso del COI con la misión de la Fundación de los Refugiados Olímpicos. “Esto no es una iniciativa puntual. Es un programa a largo plazo para apoyar a los refugiados y migrantes, dándoles esperanza y oportunidades a través del deporte”, concluyó.
La rueda de prensa finalizó animando a continuar el apoyo internacional. Grandi destacó la creciente necesidad de soluciones sostenibles ante el aumento del desplazamiento. “En un mundo de crisis constantes, el deporte sigue siendo un catalizador poderoso para la inclusión y la resiliencia. La Fundación de los Refugiados Olímpicos es un modelo de cómo podemos abordar estos desafíos juntos”.