A principios de este año, Gary Hall Jr, cinco veces medallista de oro olímpico, enfrentó una tragedia que cambió su vida: un incendio arrasó su casa, su escuela de natación y todas sus posesiones. En una entrevista con ‘USA TODAY Sports’, Hall reflexionó sobre el impacto del deporte en su vida y cómo las lecciones aprendidas en la piscina le ayudaron a enfrentar esta adversidad. “El deporte no es cuestión de vida o muerte. Es entretenimiento. Incluso en los Juegos Olímpicos, al final del día, el mundo no es un lugar mejor porque nadé rápido”.
Hall, de 50 años, comenzó a nadar de manera competitiva a los 13 o 14 años, una edad tardía en comparación con otros atletas de élite. Menos de una década después, representó a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de 1996, 2000 y 2004, ganando un total de 10 medallas olímpicas. Su estilo único y su actitud desenfadada, como usar batas de boxeo de seda en las competiciones, lo convirtieron en un showman dentro y fuera del agua.
Hall siempre tuvo claro que el deporte debía ser divertido. Su padre, Gary Hall Sr, también medallista olímpico, le enseñó a disfrutar cada momento, desde los entrenamientos hasta las competiciones. “Aprendí a estar presente, a disfrutar del ambiente y la experiencia, incluso con el estrés y la ansiedad antes de una carrera”, recordó Hall.
LECCIONES DEL DEPORTE EN LA VIDA
El incendio que destruyó su hogar en Los Ángeles en enero de este año también acabó con dos de sus medallas de oro, que se derritieron juntas. A pesar de la pérdida, Hall destacó cómo las habilidades adquiridas en el deporte lo ayudaron a mantener la calma en medio del caos. “El deporte construye características como mantener la calma en situaciones caóticas y pensar con claridad”, explicó durante el Project Play Summit, un evento dedicado a fomentar la participación de los jóvenes en el deporte.
Hall ahora vive en una casa de invitados cerca de la residencia de su hermana en Encinitas, California, mientras trabaja para reconstruir su vida y su escuela de natación, donde enseñaba a niños de 2 a 6 años.
EL LEGADO FAMILIAR Y EN LA NATACIÓN
La conexión de Hall con la natación viene de generaciones atrás. Su abuelo, Charles Keating Jr, fue campeón universitario de natación y construyó clubes de natación donde los padres de Hall se conocieron. Aunque inicialmente Hall prefería el skateboarding, el clima extremo de Phoenix, donde las temperaturas alcanzaban los 48 grados en verano, lo llevó a pasar más tiempo en la piscina. “Casi fue por el clima extremo por lo que terminé siendo nadador”, comentó.
Esa pasión por competir lo llevó a sobresalir en un deporte que requiere un equilibrio entre el arduo entrenamiento y el disfrute de las carreras. “Me encantaba ese 1% del deporte, la parte de la carrera”, dijo Hall.
EL FUTURO DEL DEPORTE JUVENIL
Como padre de dos adolescentes, Hall ha adoptado un enfoque relajado hacia el deporte. Su hija Gigi nadó en la escuela secundaria y ahora tiene una beca para estudiar arte en la Savannah College of Art and Design. Su hijo Charlie, por otro lado, está siguiendo los pasos de su padre, entrenando intensamente para competir a nivel universitario. Sin embargo, Hall reconoce los desafíos actuales, como la falta de equipos de natación en algunas áreas y las dificultades económicas que enfrentan muchas familias.
“El objetivo de iniciativas como Project Play es aumentar la participación juvenil en el deporte al 63% para 2030”, explicó Hall, destacando la importancia de programas accesibles y asequibles para todos los niños.
EL DEPORTE COMO TRANSFORMADOR DE VIDAS
A pesar de los desafíos, Hall sigue creyendo en el poder transformador del deporte. Actualmente, trabaja en una plataforma de apuestas deportivas para la natación, con la intención de destinar parte de las ganancias a programas juveniles en el oeste de Los Ángeles. “He visto de primera mano cómo el deporte puede cambiar vidas”, afirmó.
Las medallas olímpicas que ganó son solo una parte de su historia. Para Hall, las verdaderas lecciones del deporte son las que lo han ayudado a enfrentar las adversidades de la vida con resiliencia y gratitud.