Penny Oleksiak, la atleta más laureada de Canadá, está redefiniendo su camino tras una etapa marcada por lesiones y retos personales. Con 24 años, la nadadora campeona olímpica en Río 2016 está viendo este momento como una oportunidad para empezar de cero y explorar nuevas dimensiones de su carrera y vida personal tal y como cuenta en una charla con Olympics.com.
En el verano de 2023, Oleksiak dejó su hogar en Toronto para mudarse a Los Ángeles, una decisión que describe como un impulso necesario: “Necesitaba un cambio de escenario, hacer algo diferente”. Tras un ciclo olímpico complicado y una participación sin medallas en París 2024, su mudanza a la ciudad californiana simboliza un nuevo comienzo.
UNA NUEVA PERSPECTIVA TRAS LAS LESIONES
Desde los Juegos de Tokio 2020, Oleksiak ha enfrentado una serie de lesiones, incluyendo una cirugía en el menisco y problemas en el hombro. Este proceso, combinado con los efectos de la pandemia, requirió que desarrollara una paciencia y resiliencia renovadas: “Aprendí a confiar en el proceso y a disfrutarlo más”.
A pesar de los contratiempos, Oleksiak logró clasificar para París 2024, aunque quedó fuera del podio por primera vez en tres participaciones olímpicas. Tras esa experiencia, reflexiona: “Mi objetivo era llegar a París. Lo logré, y ahora se trata de pensar en lo que sigue”.
UNA ESCALADA SIMBÓLICA AL KILIMANJARO
En septiembre de 2024, Oleksiak se embarcó en una expedición al Monte Kilimanjaro como parte de una colaboración con la ONG canadiense Thrive for Good. Durante ocho días, desconectada del mundo, encontró un renovado sentido de gratitud: “Subir esa montaña me dio perspectiva. Me ayudó a valorar las pequeñas cosas y a aceptar los altibajos de mi carrera deportiva”.
La experiencia también le permitió visitar escuelas y orfanatos en Tanzania, reforzando su deseo de contribuir más allá del deporte.
REENCONTRARSE CON LA NATACIÓN
Actualmente, Oleksiak está entrenando en Mission Viejo, California, bajo la dirección de Jeff Julian. Además, ha retomado el rol de entrenadora para jóvenes nadadores y encuentra paz en actividades simples como colocar las líneas de carril en la piscina, algo que solía evitar en su infancia.
Aunque en un momento pensó en retirarse a los 24 años, ahora está comprometida con su participación en Los Ángeles 2028, donde espera no solo competir, sino también inspirar a sus compañeros de equipo: “Quiero mostrarles que es posible tener longevidad en este deporte”.
COMPARTIENDO SU EXPERIENCIA
Oleksiak también busca guiar a las nuevas generaciones de nadadores, especialmente en aspectos como las redes sociales y las asociaciones corporativas, áreas en las que ha estado inmersa desde su adolescencia: “No me gusta que me llamen veterana, pero sí quiero ser un ejemplo de cómo manejar la presión y encontrar un equilibrio”.
Con una visión más madura y centrada en disfrutar el proceso, Oleksiak está demostrando que su historia como nadadora y como persona está lejos de terminar. Desde los carriles de la piscina hasta la cima de montes lejanos, su viaje refleja una búsqueda constante de crecimiento y renovación.