Por qué los parisinos claman contra las extremas medidas de seguridad en los Juegos Olímpicos (y el resto del mundo no)
Farzad Youshanlou
julio 27, 2024

La 33ª edición de los Juegos Olímpicos de París comenzó el viernes con una ceremonia inaugural a orillas del río Sena. Horas antes de la ceremonia, la compañía ferroviaria francesa reveló que varios incendios habían interrumpido los servicios de trenes de alta velocidad en el norte y el este de Francia, y el Ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, describió la situación como «el mayor reto de seguridad en tiempos de paz». En respuesta, el gobierno francés ha aplicado estrictas medidas de seguridad para mitigar posibles amenazas terroristas, que muchos parisinos consideran excesivamente restrictivas. Zonas que antes bullían de actividad, como tiendas y cafés, están ahora desiertas, ya que residentes y turistas evitan las zonas centrales, fuertemente vigiladas.

La ciudad se ha dividido en zonas grises y rojas, con 44.000 barreras y vallas metálicas instaladas. Los vehículos tienen prohibido el acceso a la zona roja, y los peatones deben tener un código QR para entrar o circular por ella. El código sólo está disponible para los residentes o los que trabajan en la zona. Varias estaciones de metro del centro de París están cerradas por motivos de seguridad y permanecerán cerradas hasta después de los Juegos. Los medios de comunicación están proporcionando guías de navegación por la ciudad, y muchos residentes están de vacaciones o trabajando a distancia.

LA CUESTIÓN ISRAELÍ

Darmanin considera improbable un atentado terrorista a gran escala coordinado desde el exterior. En respuesta a la advertencia de un ministro de Asuntos Exteriores israelí sobre posibles amenazas de grupos terroristas contra atletas israelíes, Darmanin declaró que «no se ha recibido ninguna información de este tipo» y que se espera que cualquier actividad terrorista sea «interna». Subrayó que «ni Francia ni los servicios de seguridad e inteligencia extranjeros que nos asisten han identificado amenazas específicas». Se están realizando esfuerzos para mantener a las personas sospechosas alejadas de las sedes olímpicas. Los últimos detenidos, entre ellos un ciudadano ruso, han sido todos residentes de larga duración. Francia también ha prohibido la entrada a 4.355 personas, de las cuales sólo 18 están vinculadas a grupos extremistas islámicos.

Miles de expertos antiterroristas y policías de varios países han llegado a París, muchos de ellos especializados en ciberterrorismo. Los responsables de seguridad franceses consideran que el riesgo de ciberterrorismo es mayor que el de atentados con bomba en zonas concurridas e instalaciones deportivas.

Las autoridades belgas detuvieron recientemente a siete ciudadanos centroasiáticos por su presunta colaboración con ISIS-Khorasan, que al parecer planeaba atentados durante los Juegos de París. Además, Hamás ha afirmado en un vídeo reciente que pretende organizar un «baño de sangre» en París, junto a las amenazas oficiales del ISIS de atentados durante los Juegos.

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