Los responsables de las federaciones de kárate, muay thai y kickboxing, que aspiran a la inclusión olímpica, deben dar prioridad a la planificación estratégica y contratar a expertos cualificados. Este enfoque contribuirá a evitar la desorganización y a garantizar la prosperidad de los atletas.
A pesar del reconocimiento del Movimiento Olímpico, las federaciones de kárate, muay thai y kickboxing no han presentado planes integrales para mejorar su calidad, lo que se ha traducido en una atención mínima por parte de los medios de comunicación. En lugar de centrarse en los aspectos técnicos y tácticos de estos deportes, cada federación imita a las demás, adoptando una estrategia homogénea en un intento por lograr la inclusión olímpica. Este enfoque aún no ha dado resultados positivos.
La Federación Mundial de Kárate (WKF) es un ejemplo de ello. Al alejarse de las normas tradicionales del kárate y demostrar incoherencias en la gestión, ilustra lo fácil que es perder la oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos. El kárate, a pesar de su debut en los Juegos de Tokio 2020, fue excluido de los Juegos de París 2024 y Los Ángeles 2028.
EL EJEMPLO DE JORDAN THOMAS
El kárate, un deporte con una base mundial de aficionados y varios estilos japoneses y okinawenses, no ha aprovechado esta diversidad para conseguir una plaza olímpica permanente. En su lugar, el presidente de la WKF aisló a la federación, creando una marca indistinguible del taekwondo. Esto es evidente en el caso de Jordan Thomas, campeón mundial de kárate, que se unió al Taekwondo británico para buscar la participación olímpica tras la exclusión del kárate.
Del mismo modo, el parecido entre las competiciones de la Asociación Mundial de Organizaciones de Kickboxing (WAKO) y la WKF plantea dudas sobre la necesidad de contar con varias artes marciales similares en los Juegos Olímpicos.
RAÍCES TÉCNICAS Y ORÍGENES TRADICIONALES
Descuidar las raíces técnicas y los orígenes tradicionales del kárate y el kickboxing ha difuminado la distinción entre ambas para los espectadores, reduciendo su atractivo.
El muay thai se enfrenta a retos similares. Si la Federación Internacional de Asociaciones de Muay Thai (IFMA) no aborda estas cuestiones, podría obstaculizar el progreso del muay thai. A diferencia del kárate, el muay thai debe evitar conflictos con otras organizaciones de muay thai. Dado su atractivo inherente, debe ampliar las oportunidades para los atletas y aumentar su presencia mundial. Los aspectos artísticos del muay thai no deben verse eclipsados por intereses políticos y comerciales, o corre el riesgo de sufrir el mismo declive experimentado por la WKF y la IBA.