Rachel Gunn, la b-girl australiana que marcó un hito en los Juegos Olímpicos, se retira del breakdance
SportsIn
noviembre 7, 2024

La b-girl australiana Rachel Gunn, conocida mundialmente como Raygun, ha decidido poner fin a su carrera en el breakdance profesional a sus 37 años, apenas unos meses después de su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024 y ostentar el número 1 en el ránking mundial. Gunn, cuyo estilo único y pasos arriesgados le valieron tanto admiración como controversia, se hizo especialmente famosa por su “salto del canguro”, una coreografía que se volvió viral y generó una oleada de reacciones en redes sociales y entre expertos del breakdance. Su indudable impacto puso en el mapa este deporte y una libertad de expresión de su cuerpo que ha roto cualquier otro baile, más allá de la técnica.

Raygun fue una de las pioneras en llevar el breakdance a la escena olímpica en París, donde el deporte debutó como disciplina olímpica. Sin embargo, su actuación, criticada por figuras prominentes de la disciplina, generó un intenso debate sobre los criterios de clasificación para el evento. Muchos calificaron su estilo como “poco ortodoxo” y “ridículo”, y cuestionaron su presencia en la competición frente a otras b-girls con enfoques más convencionales. A pesar de la controversia, Raygun dejó una marca inolvidable y rompió con las expectativas tradicionales de lo que puede ser el breakdance en el ámbito deportivo.

PRESIÓN MEDIÁTICA Y DECISIÓN DE RETIRO

En una entrevista para la emisora australiana 2DayFM, Gunn explicó cómo la presión mediática y las críticas recibidas influyeron en su decisión de retirarse. “No tenía control sobre cómo me veía la gente o quién era yo”, confesó. “Quería seguir compitiendo, pero ahora me parece difícil hacerlo. Habrá mucha expectación, la gente lo grabará y lo publicará en internet”. Sus palabras reflejan el impacto de las redes sociales y la constante exposición a la que están sometidos los atletas de disciplinas artísticas, especialmente cuando su estilo rompe con lo tradicional.

Sin embargo, a pesar de los comentarios y la presión, Rachel Gunn asegura que no abandonará el baile, aunque ahora lo mantendrá en un ámbito privado. “Bailar es muy divertido y te hace sentir bien. No creo que nadie deba sentirse mal por su forma de bailar. Yo sigo bailando y haciendo breakdance, pero solo en el salón con mi pareja”, declaró la australiana. Con estas palabras, Raygun deja claro que, aunque abandona el aspecto competitivo del breakdance, su pasión por el baile sigue intacta.

LEGADO Y REFLEXIÓN SOBRE EL FUTURO DEL BREAKDANCE

La retirada de Gunn pone sobre la mesa los retos de ser un atleta de breakdance en un entorno cada vez más mediático, en el que el juicio público puede influir significativamente en la experiencia deportiva. Con su salida, el mundo del breakdance pierde una figura que, con su estilo irreverente, impulsó la visibilidad del deporte y abrió un diálogo sobre la inclusión y la diversidad en la escena del baile profesional.

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